Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
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Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. (Jn 3:16-17)
Yo crecí en la Iglesia Bautista en el Sur de los Estados Unidos. De niños fuimos entrenados en los versículos de la Biblia. Había una rutina de práctica se llamaba “Práctica con la Espada de la Biblia” para practicar buscar versículos en la Biblia. Pues, como Católico yo aprendí que para estudiar la Biblia es necesario saber el contexto del pasaje. Como niños en la Iglesia Bautista todos conocíamos el versículo Juan 3:16 porque tenía fama . . . pero muy pocos conocíamos el versículo Juan 3:17.
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La multitud de los que habían creído tenía un solo corazón y una sola alma . . . . (Hechos 4:32)
Me acuerdo de un retiro maravilloso cuando estuve en el segundo año del seminario. Un compañero de clase nos recomendó a un amigo sacerdote para ser guía espiritual del retiro, Nuestro compañero nos dijo: “Mi amigo tiene una finca de oración, Shantivanam.” Nos quedamos escépticos pero hicimos la llamada y el Padre Ed Hays necesitaba el dinero y por eso aceptó. Fue el año 1975. Para prepararse, el Padre Ed pasó una semana en oración en la Abadía Gethsemani de los Trapistas. Era muy entusiasmado por la Palabra de Dios. Nos mostró el Nuevo Testamento y nos dijo: “Este libro es la guía práctica para ser sacerdote”. No puedo olvidar el Padre Ed cantando el mantra del retiro: ♫¡Vengan mis amigos, que seamos un solo corazón y una sola alma!♫ Después de nuestro retiro, el Padre Ed Hays escribiría más que 30 libros de espiritualidad. El Padre Ed falleció en el año 2016.
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‘Tienen que renacer de lo alto’. (Jn 3:7)
Renacido de arriba es esencial. Como nos dice el Cuarto Evangelio:
Pero a todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios. (Jn 1:12-13)
Por eso, el Señor Resucitado le dice a María Magdalena:
“Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios’ ” (Jn 20:17).
Ser renacido de arriba significa que somos miembros de la nueva familia de gracia de Dios, hermanas y hermanos de Jesucristo, el Señor Resucitado.
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Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Luego le dijo a Tomás: “Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree”. Tomás le respondió: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús añadió: “Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto”. (Jn 20:26-29)
Todos creen que Tomás tocó al Señor Resucitado . . . pero el evangelio no lo dice. Respondiendo a las palabras de Jesús, Tomas nos da la confesión más alta de todos el Nuevo Testamento: “¡Señor mío y Dios mío!”
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Entraron en el sepulcro y vieron a un joven, vestido con una túnica blanca, sentado en el lado derecho, y se llenaron de miedo. Pero él les dijo: "No se espanten. Buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado. No está aquí; ha resucitado. Miren el sitio donde lo habían puesto. Ahora vayan a decirles a sus discípulos y a Pedro: 'El irá delante de ustedes a Galilea. Allá lo verán, como Él les dijo'". Las mujeres salieron corriendo del sepulcro. Estaban asustadas y asombradas, y no dijeron nada a nadie por el miedo que tenían. (Mc 16:5-8)
El Evangelio según San Marcos termina con la declaración que las mujeres “no dijeron nada a nadie por el miedo que tenían” (Mc 16:8). Tal vez el evangelista fue un poco más astuto que su audiencia. El evangelista quiere decir que NOSOTROS, los auditores del evangelio, debemos ser responsables de proclamar las Buenas Noticias, que Jesús “ha resucitado”, a los líderes. Desafortunadamente, la iglesia mal entendió el propósito del evangelista y nunca estaba satisfecha con la conclusión. Por eso, varias “conclusiones” se habían agregado al evangelio. Pero estas “conclusiones” roban el golpe del evangelio. Las mujeres reciban la misión de ir y decir a sus discípulos y a Pedro, pero no lo hacen porque tenían miedo. Y por eso, nos toca a nosotros mismos proclamar las Buenas Noticias a los demás. Y ¿quién es ese joven vestido en “túnica blanca”? Tal vez tiene algo que ver con el joven que “le seguía, vestido solo con una sábana sobre su cuerpo desnudo; y lo prendieron; pero él, dejando la sábana, escapó desnudo” (Mc 14:51-52). No es un ángel . . . pero tiene “túnica blanca” . . . obviamente ¡es uno de los recién bautizados!