Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
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LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR, 2020
(Mal 3:1-4; Heb 2:14-18; Lc 2:22-40)
Hay un viejo refrán que se dice:
Nunca juzgues a otra persona sin haber caminado un kilómetro con sus zapatos.
El refrán es muy viejo. Mi mamá tenía otra versión del refrán. Pues, a mi mamá querida le gustaba dar limosnas a las asociaciones de caridad. Una vez ella dio una limosna a la escuela de Santa Catalina de los indígenas de Estados Unidos. Y un poco después ella recibió una chuchería de la escuela. Fue una placa con el mismo viejo refrán pero con un pequeño cambio:
Nunca juzgues a otra persona sin haber caminado un kilómetro con sus mocasines.
Los mocasines son los zapatos de los indígenas. Mi mamá recibía un montón de chucherías . . . pero de todas las chucherías, no puedo olvidar el refrán de la escuela de los indígenas:
Nunca juzgues a otra persona sin haber caminado un kilómetro con sus mocasines.
Hay cosas que se pegan en la cabeza . . . que no podemos olvidar.
Creo que Dios tiene el mismo problema. No sé si Dios recibió la misma placa con el mismo refrán de la escuela de los indígenas . . . pero Dios lo conoce bien . . . especialmente de la parte:
sin haber caminado un kilómetro con sus mocasines.
Esa parte Dios se lo toma en serio. Nuestro Dios no es un Dios lejano. Dios nos sale al encuentro. Dios nos quiere conocer. Quiere caminar con nuestros mocasines. Esto es la verdad de la Encarnación: que Dios nos sale al encuentro. Lo que celebramos en la Navidad es que Dios ama a la raza humana . . . y quiere ser uno con nosotros en Cristo para unirse con nosotros en el camino de la vida. Dios quiere caminar con nuestros mocasines. Como el profeta Malaquías dice:
De improviso entrará en el santuario el Señor, a quien ustedes buscan, el mensajero de la alianza a quien ustedes desean.
El nombre original de la fiesta de la Candelaria o la Presentacíon del Señor, es el Sagrado Encuentro. En griego, el Hypapante. Lo que celebramos en esta fiesta es el encuentro que tenemos con Cristo Jesús, nuestro Dios que nos sale al encuentro. Nuestro Dios no es lejano . . . al contrario, Dios nos viene para vivir con nosotros, para caminar un kilómetro en nuestros mocasines.
Hay muchos encuentros con el Señor. Jesús nos viene en los sacramentos y sobre todo en el sacramento del altar, el sacramento de su Cuerpo y Sangre. Jesús nos viene en su palabra proclamada en la asamblea. Jesús nos viene en la comunidad cristiana que es el Cuerpo de Cristo en el mundo . . . y como el papa Francisco nos recuerda que Jesús nos viene en los pobres y los desamparados. Y hoy en esta misa de la Candelaria, en esta fiesta del Sagrado Encuentro, celebramos todos los encuentros con el Señor. Y vamos al encuentro del Señor, caminando en la luz de la fe. Y como los viejos Simeón y Ana . . . podemos cantar con alegría:
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
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02/02/2020
La Fiesta de la Candelaria
Hoy hace 50 años fui bautizado en la Catedral Basílica de la Concepción Inmaculada en Mobile, Alabama. Fue el día 2 del mes 2 del año 1970. Yo tenía 20 años.
Hace poco escuchamos el evangelio del llamado de los primeros discípulos. Siempre con Jesús el llamado invita a caminar: “Ven y sígueme”. No podemos quedarnos sentados . . . Jesús está en marcha. Hay que alcanzar al Señor.
Para mi el llamado fue al ministerio y al servicio. Solo 8 años después fui ordenado sacerdote. Nunca podría imaginar una jornada más interesante y desafiante.
A través de esto 50 años, me quedo agradecido por todos los momentos en los cuales la presencia del Señor estaba manifestada. No hay muchos de nosotros que podemos recordar nuestro propio bautismo. Y esto es una lástima. Tener 20 años cuando fui bautizado cambió todo en mi vida. ¿Entonces los bebés deben ser bautizados? ¡Claro que sí! Pero si Dios tiene un plan para que una persona llegue al agua como mayor . . . no hay problema. Al contrario, es una extraordinaria experiencia de la gracia del Señor. Yo siempre estoy agradecido.
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Arrancando este año nuevo de 2020, estoy pensando en mi querida mamá, Norma. Mi mamá no tenía miedo de nada. Ella quería montar en un globo, y por ser buen hijo, arreglé todo para ella y su mejor amiga. No estoy seguro que su amiga quería montar en el globo, pero cuando mi mamá subió en la canasta del globo, su amiga la siguió.
Pienso en mi mamá en el comienzo de 2020, porque todos nosotros nos falta un poquito de su valentía. Nuevas aventuras están por delante. ¡Qué todos tengamos feliz aterrizaje!
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25 de diciembre
El día veinticinco de diciembre.
"En el año 5199 (cinco mil ciento noventa y nueve) de
la Creación del mundo, cuando al principio creó
Dios el cielo y la tierra;
en el año 2957 (dos mil novecientos cincuenta y
siete) del diluvio;
en el año 2015 (dos mil quince) del nacimiento de
Abrahám;
en el año 1510 (mil quinientos diez) de Moisés y de la
salida del pueblo de Israel de Egipto;
en el año 1031 (mil treinta y uno) de la unción del rey
David;
en la semana 65 (sesenta y cinco) de la profecía de
Daniel;
en la Olimpíada 194 (ciento noventa y cuatro);
en el año 752 (setecientos cincuenta y dos) de la
fundación de Roma;
en el año 42 (cuarenta y dos) del imperio de Octavio
Augusto;
estando todo el orbe en paz;
en la sexta edad del mundo:
Jesucristo, Dios eterno e Hijo del eterno Padre, queriendo consagrar al mundo con su
misericordiosísimo Advenimiento,
concebido por el Espíritu Santo,
y pasados nueve meses después de su concepción,
nació, "hecho Hombre, de la Virgen María, en Belén
de Judá".
"La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo según la
carne".
(La Calenda: El Pregón de Navidad)
Cuando los ángeles los dejaron para volver al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: "Vayamos hasta Belén, para ver eso que el Señor nos ha anunciado". Se fueron, pues, a toda prisa y encontraron a María, a José y al niño, recostado en el pesebre.
(Lc 2:15-16)
♫Los pastores de Belén, vienen a adorar al Niño;
La Virgen y San José, los reciben con cariño:
Tutaina, tuturumá, tutaina tuturumaina.
Tutaina, tuturumá, turumá, tutaina, tuturumaina.♫
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24 de diciembre
La Noche Buena
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado;
lleva sobre sus hombros el signo del imperio y su nombre será:
"Consejero admirable", "Dios poderoso", "Padre sempiterno", "Príncipe de la paz”.
(Isaías 9:5)
¡Felices Pascuas a todos!
Jesús del alma
duerme y no llores
Mi dulce amor.
Duerme y no llores,
Que esas tus lagrimas
Parten el alma
De compasión. ♫