Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
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Antífonas de la O
Las antífonas de la O son las siete antífonas que se cantan o se recitan antes del Magnificat en la Liturgia de las Horas en la última parte del Adviento, el octavo antes de la Navidad, 17-23 de diciembre.
Las antífonas se forman de versículos de los profetas, especialmente del profeta Isaías. Según la iglesia primitiva, estos versículos son referencias al Mesías. Las antífonas de la O son las estrofas del canto de Adviento, Oh ven, Oh ven, Emanuel. En la Misa de los últimos días de Adviento, las antífonas se usan como el versículo antes del evangelio. Las primeras palabras de las antífonas son títulos del Mesías.
Siempre me acuerdo del catequista que conocí en México. Su apellido era “De la O”, de las antífonas.
17 de diciembre: O Sapientia (Oh Sabiduría):
Oh, Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo,
abarcando del uno al otro confín,
y ordenándolo todo con firmeza y suavidad:
ven y muéstranos el camino de la salvación.
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Novena de Aguinaldos
En la primera lectura de la Misa de hoy, se encuentra el misterioso oráculo de Balaam:
Yo lo veo, pero no en el presente;
yo lo contemplo, pero no cercano:
de Jacob se levanta una estrella
y un cetro surge de Israel. (Núm 24:17)
Para nosotros, ya hemos visto la estrella de Belén, porque el Señor está cerca. Esta noche en todo el mundo latino se empieza la última parte del Adviento. En México se celebran Las Posadas. Aquí, en Colombia tenemos la Novena de Aguinaldos.
Esta noche invité a mi familia colombiana para arrancar la Novena en mi casa. Ellos van a traer las maracas para acompañar la canción de los Gozos al Niño:
Los Gozos al Niño
¡Ven, ven, ven,
Ven a nuestras almas, Niñito,
Ven, ven, ven,
Ven a nuestras almas, Niñito,
Ven a nuestras almas.
No tardes tanto, no tardes tanto,
Niñito, ven, ven ven!
Pueden tocar el link abajo:
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LA PLAGA
Me gustaría invitarles a escuchar un podcast que se llama La Plaga: Historias No Contadas de SIDA y la Iglesia Católica. El podcast es de la revista de los jesuitas en los EE.UU., America: The Jesuit Review. Algunos de ustedes saben que cuando yo era párroco de Santa Juan de Arco en Asheville, Carolina del Norte, empecé un ministerio a los del VIH y SIDA en 1994. No hubo muchos ministerios basados en parroquias en aquella época. Había mucho discriminación y miedo. Pero nuestra pequeña parroquia tenía un ministerio. El podcast, La Plaga cuenta las historias de SIDA y la Iglesia Católica. Nosotros de las montañas de Carolina del Norte también vivimos muchas historias no contadas de SIDA y la Iglesia Católica. Desafortunadamente, el podcast no está disponible en español. Pero pueden practicar el inglés por tocar el link abajo:
https://www.americamagazine.org/plague
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II Domingo del Adviento 2019, Año A
(Isa 11:1-10; Rom 15:4-9; Mt 3:1-12)
Las fiestas navideñas son un tiempo especial. Todo el mundo tiene ganas de volver a casa. Las aerolíneas están llenas de pasajeros y las carreteras también. Y aunque no podemos regresar a casa físicamente todos podemos tocar la casa de recuerdos que vive en nuestro corazón. Tal vez regresamos a casa por medio de visitar con familiares o amigos, tal vez por medio de la comida casera y los platos navideños, o tal vez por los alumbrados y los villancicos. No puedo escuchar LOS PECES EN EL RÍO sin pensar en mi madrecita mexicana:
Pero mira cómo beben los peces en el río Pero mira cómo beben por ver al Dios nacido Beben y beben y vuelven a beber Los peces en el río por ver a Dios nacer.
Mi madrecita mexicana fue la señora que me cuidaba mientras estaba estudiando el español en la escuela de idiomas en Cuernavaca, México. Ella me enseñó ese villancico. Tal vez regresemos a casa por medio de realizar la Navidad en las vidas de otros cuidando a los pobres y a los más necesitados. No importa como lo hagamos, todos podemos regresar a casa en la Navidad. De veras, las fiestas navideñas son un tiempo mágico.
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III DOMINGO DE ADVIENTO, 2019 (Domingo de la Alegría)
(Is 35, 1-6ª. 10; St, 5.7-10; Mt 11, 2-11)
Este domingo de Adviento encontramos la figura de Juan Bautista. Y más, encontramos la pregunta de Juan Bautista. Por medio de dos discípulos, Juan Bautista le hace pregunta a Jesús:
¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que
esperar a otro?
En un sentido esta es la cuestión para nosotros. Esta es la cuestión del Adviento. Pero más, esta es la cuestión de Cristianismo: ¿Es Jesús el elegido de Dios, el que ha de venir, sí o no? ¿Tenemos que esperar a otro, sí o no?
Pues, Jesús le hizo respuesta a Juan Bautista:
Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan,
los leprosos quedan limpios de la lepra,
los sordos oyen, los muertos resucitan,
y a los pobres se les anuncia el Evangelio.
¡Guau! Ciegos ven, cojos andan, sordos oyen, leprosos limpios, muertos resucitados, y para los pobres las Buenas Noticias.
La respuesta habla del cumplimiento de las palabras del profeta Isaías:
“¡Ánimo! No teman.
He aquí que su Dios, vengador y justiciero,
viene ya para salvarlos.”
Esto es lo que celebramos en el Adviento y la Navidad: que nuestro Dios nos viene con salvación. Y por eso, no tenemos miedo. Al contrario, proclamamos las buenas noticias a todos. Anunciamos lo que hemos visto y oído:
que Jesús viene para salvarnos.
El Adviento se está acabando . . . hemos encendido tres velas . . . hay sólo una que queda en la corona. Hoy es el domingo de la Alegría. San Pablo nos dice:
Regocíjense en el Señor siempre.
Otra vez lo diré: ¡Vivan en alegría!
El Señor está cerca. (Fil 4:4-5)
Y estamos listos y bien preparados. Porque el que viene es el Buen Pastor. Recemos para que Cristo venga sin obstáculos. Recemos para que Dios nos dé la gracia que necesitamos para recibir a Cristo con alegría, el que proclama buenas noticias a los pobres.
¡Ven Señor no tardes en llegar!
¡Ven Señor Jesús!