Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

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“Porque mi templo será la casa de oración para todos los pueblos’’. (Is 56:7)
Hace cuarenta años, mi abuela y yo asistimos la ordenación sacerdotal de un amigo, el Padre Ted Hochstatter, en la Catedral de Peoria, Illinois, USA. El día siguiente el Padre Ted celebró una Misa de Acción de Gracias en el pequeño templo que sus abuelos construyeron. Fue una Misa memorable porque el coro de niños sordos cantaron la Misa con señas. El Padre Ted conoció a la Madre Teresa de Calcuta en Roma en el año 1990, y tres años después tomó el voto de trabajar gratuitamente con los “más pobres de los pobres”, sin salario, sin ahorros, y tener nada. Hast hoy, el Padre Ted sigue con los Misioneros de la Caridad, el orden que la Madre Teresa fundó. El Padre Ted ha trabajado en Roma, Estados Unidos, Haití, Albania, Uganda, Kenia, Tanzanía, y Etiopía. Por los últimos 20 años, el Padre Ted ha trabajado con los “más pobres de los pobres” en Kenia y África Oriental. El Padre Ted lucha diariamente para hacer el templo de Dios una "casa de oración para todos los pueblos", especialmente para los “más pobres de los pobres”. Su página de web es: frtedskids.org.

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Se abrió el templo de Dios en el cielo y dentro de él se vio el arca de la alianza. Apareció entonces en el cielo una figura prodigiosa: una mujer envuelta por el sol, con la luna bajo sus pies y con una corona de doce estrellas en la cabeza. (Apocalypse 11:19-12:1)
La Resurrección del Señor Jesús es la prenda de la futura resurrección de todos sus seguidores y la gran reunión con todos los santos. En la Asunción de la Santísima Virgen María se celebra aquella reunión de María con su Hijo.

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Pero yo tendré presente la alianza que hice contigo cuando eras joven y haré contigo una alianza eterna. (Ezekiel 16:60)
Que Dios nunca se olvida es la fundación de fe. Confiamos que aunque nosotros sí podamos olvidar, Dios nunca se olvida de nosotros.
San Maximiliano María Kolbe dio su vida para salvar la vida de otro prisionero en al campo de concentración de los nazis. Su sacrificio nos recuerda que Dios nunca se olvida de un acto de bondad.

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En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: “Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?” Jesús le contestó: “No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete”. (Mt 18:21-22)
Para gente tan coda como nosotros, San Pedro hace buena pregunta: “¿Cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano? ¿Hasta siete veces?” Pero nadie quiere la respuesta del Señor: “No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete”.

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Luego la gloria del Señor se elevó del umbral del templo y se posó sobre los querubines. Al partir, los querubines desplegaron sus alas y se elevaron del suelo ante mis ojos. Se detuvieron a la entrada del pórtico oriental del templo del Señor, y la gloria del Dios de Israel estaba encima de ellos. Eran los mismos seres vivientes que yo había visto debajo del Dios de Israel, junto al río Kebar, y reconocí que eran los querubines. Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas, y unas como manos bajo las alas. Sus caras se parecían a las que yo había visto junto al río Kebar. Y todos caminaban hacia el frente. (Ezekiel 10:18-22)
El verano de los profetas sigue con el profeta Ezekiel. En la Biblia, las extrañas visiones del profeta Ezekiel son muy parecidas a las del Libro de Apocalipsis. Pues, las visiones de ambos libros tienen el mismo propósito—proclamar un mensaje de esperanza y salvación al pueblo sufriendo. Para Ezekiel, el pueblo está en exilio después de la destrucción de Jerusalén. Para el Libro de Apocalipsis, las comunidades cristianas están sufriendo terrible persecución. Tal vez, en nuestros tiempos difíciles, estas antiguas visiones puedan darnos nueva esperanza en “la gloria del Señor”.