Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

- :
En aquellos días, el Señor se le apareció al rey Salomón en sueños y le dijo: “Salomón, pídeme lo que quieras, que yo te lo daré”. Salomón le respondió: “Te pido que me concedas sabiduría de corazón para que sepa gobernar a tu pueblo y distinguir entre el bien y el mal”. (1 Reyes 3:5-9)
Si Dios te diera un cheque en blanco, ¿qué pedirías? Pues, Salomón lo recibió. Dios le dijo: “Pídeme lo que quieras, que yo te lo daré”. Y ¿qué pidió Salomón? Pidió sabiduría de corazón, o un corazón con entendimiento. Literalmente Salomón pidió un “corazón con oídos”. Tal vez, en un mundo como el nuestro, necesitamos un "corazón con oídos" para escuchar a los demás con entendimiento y compasión.

- :
Hermanas y hermanos: Llevamos un tesoro en vasijas de barro, para que se vea que esta fuerza tan extraordinaria proviene de Dios y no de nosotros mismos. (2 Cor 4:7)
Un tesoro en vasijas de barro . . . un buen recordatorio del tesoro que llevamos. Pero el tesoro viene de Dios, no de nosotros. Hoy celebramos la fiesta de Santiago, el Mayor. Santiago con su hermano tenían las agallas de pedir las sillas de honor en el Reino. Los otros discípulos se enojaron no por el descaro de Santiago y su hermano, mas bien por adelantarse. Por eso, el Señor tiene que tratarlos como niños traviesos y recordarles de que el Hijo del Hombre "no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate". Santiago es famosos gracias a la gran peregrinación de Europa, EL CAMINO. La foto es del Pórtico de Gloria del santuario y la costumbre de ponerse la mano en las huellas del pilar como signo de cumplir la peregrinación.

- :
Les daré pastores según mi corazón, que los apacienten con sabiduría y prudencia. (Jer 3:15)
¡Pastores según el corazón de Dios! Qué dicha esa promesa: tener pastores con sabiduría y prudencia. Seguimos rezando que Dios cumpla su promesa. Recuerdo bien el cónclave que eligió al Papa Francisco. Los cardenales estaban entrando a la Capilla Sixtina para la elección y el narrador del Vaticano estaba comentando con palabras presuntuosas sobre el cónclave. Pero el narrador faltó de contar toda la historia. El porqué de la reunión con llave es que los cardenales no eran muy buenos chicos. En la Edad Media las elecciones del papa duraron mucho. Una vez, los cardenales estaban aprovechando de la buena mesa con vinos exquisitos y también de las meseras y de los meseros. Estaban así comiendo, bebiendo y aprovechando casi tres años. Por eso, la gente se enfureció y encerraron a los cardenales y les quitaron la comida, y el vino, y a las meseras y a los meseros, y por fin los cardenales terminaron su deber y eligieron un papa. Por eso, hoy en día en la elección del papa hay cónclave Y tal vez, es por eso que seguimos rezando que Dios cumpla su promesa—pastores según el corazón de Dios.

- :
R. Tu eres, Señor, la fuente de la vida. Porque tú eres, Señor, la fuente de la vida y tu luz nos hace ver la luz. R. Tu eres, Señor, la fuente de la vida. (Salmo 35)
Cuando yo era niño, viajamos a Saint Augustine, Florida. Visitamos la antigua fortaleza de los españoles y la Fuente de la Juventud. Supuestamente el explorador español, Ponce de León, descubrió la Fuente de la Juventud allí. Me recuerdo que tomamos el agua, pero creo que no funcionó. De veras, lo que estaba buscando no era la Fuente de Juventud, sino la Fuente de la Vida.

- :
Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: “Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?” Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: “Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto”. Jesús le dijo: “¡María!” Ella se volvió y exclamó: “¡Rabbuní!”, que en hebreo significa ‘maestro’. (Jn 20:14-16)
Fue el amor que impulsó a María Magdalena para ir al sepulcro el primer día de la semana. Aunque ella pensaba que Jesús Resucitado era el jardinero, cuando le llamó por nombre, “María”, ella contestó con fe, “Maestro”. Después se fue para decir a los otros de la resurrección. Es por eso que la iglesia primitiva, la llamó “la Apóstola a los Apóstoles”. Todavía María Magdalena tiene mucho para contarnos.