Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Hermanos míos, a quienes tanto quiero y extraño: ustedes, hermanos míos amadísimos, que son mi alegría y mi corona, manténganse fieles al Señor.
(Flp 4:1)

San Pablo habla efusivamente de la comunidad de Filipos. Pero “hermanos míos amadísimos” y “mi alegría y mi corona” dicen todo. “Mantenernos fieles al Señor” es nuestra esperanza. La foto de hoy es el Bautisterio de la Basílica Octagonal en Filipos.