Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Después de que Jananías había roto el yugo del cuello del profeta Jeremías, el Señor le habló a éste y le dijo: “Ve y dile a Jananías: ‘Esto dice el Señor: Has roto un yugo de madera, pero yo lo sustituiré por uno de hierro. (Jer 28:12-13)

Dos profetas peleando en la Casa del Señor . . . el pueblo debía estar un poquito confundido. Y más, el profeta Jeremías llevando un yugo de madera en su cuello . . . todos estaban dando carcajadas, especialmente cuando el profeta Jananías quitó el yugo del cuello de Jeremías y lo rompió. Pero un yugo de madera es reemplazado con un yugo de hierro . . . y nadie está carcajeando jamás.