Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

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Oráculo de Balaam, hijo de Beor, palabra del varón de ojos penetrantes, oráculo del que escucha la palabra de Dios y conoce la ciencia del Altísimo y contempla en éxtasis, con los ojos abiertos la visión del todopoderoso. Yo lo veo, pero no en el presente; yo lo contemplo, pero no cercano: de Jacob se levanta una estrella y un cetro surge de Israel’. (Núm 24:2-7, 15-17a)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/121624.cfm
Ya en el Libro de Números encontramos estas inquietantes palabras de Balaam sobre una estrella y Aquel cuya venida anuncia la estrella. Al llegar a estos últimos días de Adviento, la Estrella se convierte en un signo de Aquel que esperamos.

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Hermanos míos: Alégrense siempre en el Señor; se lo repito: ¡alégrense! Que la benevolencia de ustedes sea conocida por todos. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; más bien presenten en toda ocasión sus peticiones a Dios en la oración y la súplica, llenos de gratitud. Y que la paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia, custodie sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. (Flp 4:4-7)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/121524.cfm
En medio de la espera del Adviento, la liturgia nos invita a alegrarnos porque el Señor está cerca. En muchos países están por comenzar la Novena de Navidad o Las Posadas. Todos están haciendo los últimos preparativos para la gran fiesta. San Pablo tiene algunas buenas sugerencias para nosotros en estos últimos días de Adviento: ser bondadosos, no angustiarnos, orar y pedir lo que necesitamos y dar gracias.
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En aquel tiempo, surgió Elías, un profeta de fuego; su palabra quemaba como una llama. ¡Qué glorioso eres, Elías, por tus prodigios! ¿Quién puede jactarse de ser igual a ti? En un torbellino de llamas fuiste arrebatado al cielo, sobre un carro tirado por caballos de fuego. (Sirácide 48:1-4, 8-11)
"Ciertamente Elías ha de venir y lo pondrá todo en orden. Es más, yo les aseguro a ustedes que Elías ha venido ya, pero no lo reconocieron e hicieron con él cuanto les vino en gana. Del mismo modo, el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos". (Mt 17:10-13)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/121424.cfm
El evangelio de Mateo nos recuerda que Elías ha regresado en la figura de Juan Bautista. Y Jesús señala que el Hijo del Hombre también sufrirá a manos de ellos. San Juan de la Cruz (1542-1591) trabajó junto con Santa Teresa de Ávila para renovar y reformar la iglesia. Sus escritos son clásicos de la literatura española.
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Salmo Responsorial (Salmo 1)
R/. ¡El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la Vida!
No sucede así con los malvados: ellos son como paja que se lleva el viento. Porque el Señor cuida el camino de los justos, pero el camino de los malvados termina mal.
R/. ¡El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la Vida!
https://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2024-12-13
Santa Lucía (283-304), cuyo nombre significa luz, es una de los santos importantes del Adviento. Antes de la reforma del calendario (1582), su fiesta era el solsticio de invierno y se celebraba como una fiesta de la luz con villancicos, velas y dulces. Por la forma de su martirio, Santa Lucía es la patrona de los ciegos y es invocada por quienes tienen problemas de visión.

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Apareció entonces en el cielo una figura prodigiosa: una mujer envuelta por el sol, con la luna bajo sus pies y con una corona de doce estrellas en la cabeza. (Apoc 11:19a; 12:1-6a, 10ab)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/121223.cfm
Nuestra Señora de Guadalupe es un signo de esperanza para nosotros que esperamos la venida de nuestro Dios. La Virgen Morena del Tepeyac señala una nueva evangelización, no europea, sino indígena, que resultó en el bautismo de más de 11 millones de indígenas que empezaron el camino con Cristo. Al acercarnos al 500 aniversario de las apariciones a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin que tuvieron lugar en diciembre de 1531, cantamos el gran himno de alabanza: “¡Ha sonado la hora de la victoria de nuestro Dios, de su dominio y de su reinado, y del poder de su Mesías!"