Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
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Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. (Mt 1:16, 18-21, 24)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/031924.cfm
A veces se pasa por alto a San José o sólo recibe una "mención honorífica" en el propio relato evangélico, pero qué papel tan importante tiene en la Sagrada Familia de Nazaret. La Iglesia agradece que el nombre de San José se haya añadido por fin a las principales plegarias eucarísticas después del nombre de la Santísima Virgen María, una tarea que comenzó el Papa San Juan XXIII en 1962 y que completó el Papa Francisco en 2013.
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Aquel día se salvó una vida inocente. (Dn 13:1-9, 15-17, 19-30, 33-62)
Y Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete y ya no vuelvas a pecar”. (Jn 8:1-11)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/031824.cfm
La larga historia de Susana y los ancianos termina con la afirmación de que ese día se salvó sangre inocente. Bueno, el evangelio cuenta una historia bastante diferente donde el culpable sale libre. Tal vez Jesús es demasiado indulgente con el crimen.
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Jesús les respondió: “Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado. Yo les aseguro que si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto . . . Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí”. Dijo esto, indicando de qué manera habría de morir. (Jn 12:20-33)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/031724-YearB.cfm
Ha llegado la hora de ser glorificado, de morir, de ser elevado. Al entrar en esta última parte de la Cuaresma, la Cruz se nos hace cada vez más presente. El Misterio Pascual, morir y resucitar con Cristo, es el centro de nuestra fe, que celebramos en la Eucaristía. Es la esencia de los Sacramentos. Es el modelo de nuestra vida.
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Algunos de los que habían escuchado a Jesús comenzaron a decir: "Éste es verdaderamente el profeta". Otros afirmaban: "Éste es el Mesías". Otros, en cambio, decían: "¿Acaso el Mesías va a venir de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá de la familia de David, y de Belén, el pueblo de David?" Así surgió entre la gente una división por causa de Jesús. (Jn 7:40-53)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/031624cfm
El Cuarto Evangelio no se interesa por Belén ni por rastrear la descendencia de David a través de todas las generaciones, sino que aborda la cuestión de la procedencia de Jesús declarando que Jesús viene de Dios (Jn 1:1). Y a los que creen en su nombre, les ha dado el "poder llegar a ser hijos de Dios" (Jn 1:12). Lo esencial, según el Cuarto Evangelio, es nacer "de lo alto” (Jn 3,3). Y la Madre de Jesús nos dice: “Hagan lo que él les diga” (Jn 2:5).
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Trataron entonces de capturarlo, pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora. (Jn 7:1-2, 10, 25-30)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/031524.cfm
¿Cuál es esa "hora" de la que habla el Evangelio? Es la hora de su glorificación... la hora de su Pasión, cuando es elevado en la Cruz y se revela el maravilloso amor de Dios.