Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
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R. Perdona me, Señor, las culpas de tu pueblo.
Por eso hablaba Dios de aniquilarlos;
pero Moisés, que era su elegido,
se interpuso, a fin de que, en su cólera,
no fuera el Señor a destruirlos.
R. Perdona me, Señor, las culpas de tu pueblo.
(Salmo 105)
La historia de Moisés es cosa de Hollywood. Recuerdo que cuando tenía 7 años conocí a Moisés. . . bueno, el actor que interpretó a Moisés en Los Diez Mandamientos. Fue en Disneyland en California. Estaba con su familia, haciendo cola para conseguir un boleto para una atracción. Recuerdo la canción sobre Moisés que aprendimos de niños.
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Sión había dicho: ‘El Señor me ha abandonado,
el Señor me tiene en el olvido’.
¿Puede acaso una madre olvidarse de su creatura
hasta dejar de enternecerse por el hijo de sus entrañas?
Aunque hubiera una madre que se olvidara,
yo nunca me olvidaré de ti”,
dice el Señor todopoderoso.
(Is 49:8-15)
Dios nunca nos olvidará. . . el Señor como una madre amorosa siempre nos muestra ternura y compasión. Hoy es la fiesta de San Patricio que trajo consuelo al pueblo de Dios. San Patricio era de Bretaña romana. Cuando tenía 16 años fue capturado y esclavizado en Irlanda. Eventualmente se escapó y regresó a su hogar. Después de ser ordenado de sacerdote, regresó a Irlanda como misionero y quedó allí el resto de su vida. Era el primer obispo de Irlanda.
Cristo conmigo, Cristo frente a mí, Cristo tras de mí, Cristo en mí, Cristo a mi diestra, Cristo a mi siniestra, Cristo al descansar, Cristo al levantar, Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí, Cristo en la boca de todos los que hablen de mí, Cristo en cada ojo que me mira, Cristo en cada oído que me escucha. (de La Coraza de San Patricio)
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En aquellos tiempos, un hombre me llevó a la entrada del templo. Por debajo del umbral manaba agua hacia el oriente, pues el templo miraba hacia el oriente, y el agua bajaba por el lado derecho del templo, al sur del altar.
(Ezekiel 47:1-9,12)
Este pasaje forma una parte importante del himno que se escucha durante la temporada de Pascua: Vidi Aquam. El himno normalmente se escucha durante el rociado con agua bendita y recuerda nuestro bautismo.
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Esto dice el Señor:
“Voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva;
ya no recordaré lo pasado,
lo olvidaré de corazón.
Se llenarán ustedes de gozo y de perpetua alegría
por lo que voy a crear.
(Is 65:17-21)
¡Cielos nuevos, tierra nueva, nosotros nuevos! ¡Esa es la Pascua que nunca se acaba!
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En efecto, ustedes han sido salvados por la gracia, mediante la fe; y esto no se debe a ustedes mismos, sino que es un don de Dios. Tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir, porque somos la obra maestra de Dios, creados por medio de Cristo Jesús, para hacer el bien que Dios ha dispuesto que hagamos.
(Efe 2:4-10)
¡Somos la obra maestra de Dios! No somos basura. Estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. ¡A veces realmente necesitamos este recordatorio!