Azarías, en medio del fuego, oró al Señor, diciendo: “Señor, Dios nuestro, no nos abandones nunca; por el honor de tu nombre no rompas tu alianza; Trátanos según tu clemencia
y tu abundante misericordia. Sálvanos con tus prodigios y da gloria a tu nombre”. (Dn 3:25, 34-43)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/032222.cfm
Las palabras de las Escrituras se convierten en palabras de oración y nos llevan a la fe y a la confianza en Dios para que nos salve. Con su país en llamas, el pueblo de Ucrania todavía reza. Como dice con orgullo su himno nacional: “¡Aún Ucrania no ha muerto”
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Martes, Semana III, Cuaresma
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