Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
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Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios. (Juan 1:11-12)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/122523-day.cfm
Demos, por tanto, queridos hermanos, gracias a Dios Padre por medio de su Hijo, en el Espíritu Santo, puesto que se: apiadó de nosotros a causa de la inmensa misericordia con que nos amó; estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo, para que gracias a él fuésemos una nueva creatura, una nueva creación. Reconoce, cristiano, tu dignidad y, puesto que has sido hecho partícipe de la naturaleza divina, no pienses en volver con un comportamiento indigno a las antiguas vilezas. Piensa de qué cabeza y de qué cuerpo eres miembro. No olvides que fuiste liberado del poder de las tinieblas y trasladado a la luz y al reino de Dios. Gracias al sacramento del bautismo te has convertido en templo del Espíritu Santo. (Homilía de la Navidad, San Leo Magno)
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Mientras estaban ahí, le llegó a María el tiempo de dar a luz y tuvo a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en la posada.
(Lc 2:1-14)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/122523-night.cfm
El Hijo de Dios se hizo el Hijo del Hombre para que todos los hombres y mujeres podrían ser los hijos e hijas queridos de Dios. ¡Feliz Navidad!
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Esto dice el Señor: De improviso entrará en el santuario el Señor, a quien ustedes buscan, el mensajero de la alianza a quien ustedes desean. Miren: Ya va entrando, dice el Señor de los ejércitos. (Ml 3:1-4, 23-24)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/122323.cfm
Nuestra espera está a punto de terminar. Mañana será un día de mucho trabajo en todas las parroquias, en todos los hogares, domingo Y la Nochebuena. ¡Que el Señor nos encuentre velando y esperando para recibirle con alegría! Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos: ven a salvarnos, Señor Dios nuestro.
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Dijo María: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava. Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre". (Lc 1:46-56)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/122223.cfm
En su sabiduría, la Iglesia pone en nuestros labios el himno de alabanza de María, para que cada día cantemos las alabanzas de Aquel "que derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, que colma de bienes a los hambrientos y despide vacíos a los ricos". Como alguien observó una vez, si quieres celebrar a Cristo en la Navidad, entonces da de comer al hambriento, viste al desnudo, perdona al culpable, acoge al indeseado, cuida del enfermo, ama a tus enemigos y haz a los demás lo que quisieras que hicieran contigo. Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo: ven y salva al hombre, que formaste del barro de la tierra.
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Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor". (Lc 1:39-45)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/122123.cfm
En la devoción de la Iglesia a la Palabra de Dios, rezamos las palabras de Isabel a María: "Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús". Oh Amanecer Radiante, esplendor de luz eterna, sol de justicia: ven y brilla sobre los que habitan en las tinieblas y en la sombra de la muerte.