Y al tomarlo, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero, con sus cítaras y sus copas de oro llenas de incienso, que significan las oraciones de los santos. Y se pusieron a cantar un cántico nuevo, diciendo: “Tú eres digno de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste sacrificado y con tu sangre compraste para Dios hombres de todas las razas y lenguas, de todos los pueblos y naciones, y con ellos has constituido un reino de sacerdotes, que servirán a nuestro Dios y reinarán sobre la tierra”. (Apoc 5:1-10)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/112124.cfm
Mientras continúa la liturgia del cielo, recibimos un nuevo himno que alaba al Cordero que fue degollado y proclama que ahora somos un reino de sacerdotes para nuestro Dios. Hoy es la Presentación de la Virgen María en el Templo de Jerusalén, y celebramos nuestra participación en el Único Sacerdocio de su Hijo mientras hacemos eco de su himno de alabanza.