Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
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No amen al mundo ni lo que hay en él. Porque el mundo pasa y sus pasiones desordenadas también. Pero el que hace la voluntad de Dios tiene vida eterna. (1 Jn 2:12-17)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/123023.cfm
Es sorprendente lo perspicaz que es la liturgia durante este tiempo de Navidad. A medida que nos acercamos al final del año civil, la liturgia nos ofrece estos recordatorios "amistosos" que vienen envueltos con un moño.
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Simeón tomó al niño en brazos y bendijo a Dios, diciendo: "Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos; luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel". (Lc 2:22-35)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/122923.cfm
"¿Nadie me librará de este sacerdote entrometido?". Esa fue la pregunta que Enrique II de Inglaterra hizo a sus cortesanos y precipitó el martirio de Tomás Becket, arzobispo de Canterbury. A veces es difícil seguir al Príncipe de la Paz.
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Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado, se puso furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, conforme a la fecha que los magos le habían indicado. Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya están muertos. (Mt 2:13-18)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/122823.cfm
La matanza de los inocentes es un poco desagradable en medio de todas las celebraciones navideñas, pero es la triste historia de la raza humana que adora sus armas de violencia en lugar de decir SÍ al Príncipe de la Paz.
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Entonces entró también el otro discípulo (a quien Jesús amaba), el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó. (Jn 20:2-9)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/122723.cfm
Celebramos hoy el Cuarto Evangelio, el que llamamos "según San Juan". La Iglesia siempre ha querido asociar este evangelio anónimo con el apóstol Juan, pero el evangelio en sí no habla de Juan, sino que el evangelio se centra en el Discípulo Amado. Como dice el redactor final del evangelio sobre el Discípulo Amado: "Este discípulo es el que da testimonio de estas cosas y las escribió, y nosotros sabemos que lo que dice es verdad" (Jn 21:24).
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Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios, y dijo: "Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios". (Hechos 6:8-10; 7:54-59)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/122623.cfm
Entonces, decir “sí” al Príncipe de la paz significa decir “no” a la guerra, y esto con valentía, decir “no” a la guerra, a toda guerra, a la misma lógica de la guerra, un viaje sin meta, una derrota sin vencedores, una locura sin excusas. Esto es la guerra, un viaje sin meta, una derrota sin vencedores, una locura sin excusas. Pero para decir “no” a la guerra es necesario decir “no” a las armas. (MENSAJE URBI ET ORBI del Papa Francisco, Navidad 2023). Hoy celebramos el cumpleaños celestial del primer mártir de Cristo, San Esteban.