Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
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En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena.
Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre: “Mujer, ahí está tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Ahí está tu madre”. Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él. (Jn 19:25-27)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/091523.cfm
La Octava de la Fiesta del Nacimiento de María es esta fiesta de la Madre Dolorosa que está vinculada a la fiesta de ayer de la Santa Cruz. La iglesia siempre ha visto al Discípulo Amado como representante de todos nosotros, los amados discípulos del Señor.
La Madre piadosa estaba
junto a la cruz, y lloraba
mientras el Hijo pendía . . . (de la secuencia, Stabat Mater)
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Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. (Jn 3:13-17)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/091423.cfm
Si Dios ha amado al mundo y a todos en él, quizás nosotros también deberíamos amarlo. El Hijo no vino a condenar al mundo sino a salvarlo. En la mayor parte de América Latina esta fiesta se celebra el 3 de mayo.
Te adoramos, O Cristo, y te bendecimos,
porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
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Dichosos ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. (Lc 6:20-26)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/091323.cfm
San Juan Crisóstomo era arzobispo de Constantinopla. El emperador y su esposa eran miembros de su parroquia. La emperatriz y sus amigas querían adornar la iglesia con vestimentas de seda y cálices de oro, a lo que San Juan Crisóstomo respondió: “Den a Dios el honor prescrito en la ley de Dios dando sus riquezas a los pobres. Porque Dios no quiere vasos de oro sino corazones de oro”. La emperatriz hizo que lo exiliaran. La foto de hoy es de Hagia Sophia, la catedral de San Juan Crisóstomo. El himno de hoy es de la Liturgia de San Juan Crisóstomo.
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Puesto que ustedes han aceptado a Cristo Jesús, el Señor, vivan como verdaderos cristianos: permanezcan arraigados y cimentados en él, con fe firme, como se lo enseñaron a ustedes, y en continua acción de gracias. Que nadie los vaya a engañar con teorías y razonamientos falsos, que se fundan en tradiciones meramente humanas y en valores de este mundo, pero no en Cristo. (Col 2:6-15)
Jesús llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. (Lc 6:12-19
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/091223.cfm
Siempre hay gente que quiere dividir a la iglesia, por eso recibimos esta advertencia de la Carta a los Colosenses de permanecer arraigados en Cristo. En el evangelio Jesús nos da un fundamento seguro al nombrar a sus Apóstoles, de los cuales Simón Pedro es el primero. La Iglesia debe quedarse con el sucesor de San Pedro. La celebración del Santísimo Nombre de María nos recuerda que el Señor nos llama a cada uno de nosotros por nuestro nombre.
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Hermanas y hermanos: Ahora me alegro de sufrir por ustedes, porque así completo lo que falta a la pasión de Cristo en mí, por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia. (Col 1:24-2:3)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/091123.cfm
Hay un misterio en el sufrimiento humano que tal vez nunca comprendamos del todo. Pero cuando somos capaces de unir nuestro sufrimiento a los sufrimientos de Cristo por el bien de nuestros hermanas y hermanos, entonces nuestro sufrimiento adquiere una dimensión divina y nos ofrece una comunión única con Cristo. Algunos de nosotros recordamos dónde estábamos cuando nos enteramos de los ataques del 11 de septiembre. Yo estaba de retiro en mi seminario. Mientras aún se desarrollaba, nos reunimos en la Capilla del Seminario y celebramos Misa y rezamos por la paz.