Sucedió que entre la gente que se bautizaba, también Jesús fue bautizado. Mientras éste oraba, se abrió el cielo y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma sensible, como de una paloma, y del cielo llegó una voz que decía: “Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco”. (Lc 3:15-16, 21-22)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/011225.cfm
Pocas veces pensamos en el río Jordán, pero es el río más largo y más importante del mundo. El río Jordán atraviesa cada parroquia y cada iglesia, y todos hemos jugado en sus aguas. Hoy celebramos no sólo el Bautismo del Señor, sino también nuestro propio bautismo.