Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
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Vi también a los vencedores de la bestia, estaban de pie junto al mar de cristal, con las cítaras que Dios les había dado, y cantaban el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios todopoderoso; justo y verdadero tu proceder, rey de las naciones. ¿Quién no te respetará, Señor? ¿Quién no te alabará? Ya que sólo tú eres santo, y todas las naciones vendrán a adorarte, porque tus justas sentencias han quedado patentes”. (Apoc 15:1-4)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/112322.cfm
El Libro de Apocalipsis está lleno de himnos y refleja el legado musical de la iglesia primitiva. Estos himnos maravillosos nos recuerdan que ya sea que podamos cantar o no, todos podemos aclamar con júbilo al Señor.
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Salió otro ángel del templo celestial, también él con una afilada hoz en su mano. Y salió del templo otro más, el ángel que tiene poder sobre el fuego, y le gritó con potente voz al que tenía la hoz afilada: “Empuña tu hoz afilada y corta los racimos de la viña de la tierra, porque sus uvas ya están maduras”. El ángel acercó su hoz a la tierra, cosechó la viña de la tierra y echó los racimos en el gran lagar de la cólera de Dios. (Apoc 14:14-19)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/112222.cfm
De la lectura de hoy sale la frase, “las uvas de la ira”, una frase que se usó con mucha eficacia en el himno de la Guerra Civil, El himno de batalla de la República, y en el título de la famosa novela de John Steinbeck, Las uvas de la ira. A veces olvidamos que Dios no es burlado, que habrá un juicio, no solo el juicio de la historia, sino un juicio divino, y tendremos que responder por lo que hemos hecho por “obra y omisión”. Santa Cecilia es la patrona de los músicos de la iglesia. Hoy es el 59 aniversario del asesinato del presidente John F. Kennedy.
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Yo, Juan, tuve otra visión: Vi al Cordero, en pie sobre el monte Sión y con él, ciento cuarenta y cuatro mil personas, que llevaban grabado en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre. Y oí un ruido que venía del cielo, parecido al estruendo del mar y al estampido de un trueno poderoso; el ruido que oía era como el de un gran coro acompañado de arpas. Cantaban un cántico nuevo ante el trono, ante los cuatro seres vivientes y los ancianos. (Apoc 14:1-3, 4b-5)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/112122.cfm
La música es esencial para la adoración. La Presentación de la Santísima Virgen María es parte de la leyenda cristiana primitiva. En muchos países de Latinoamérica existe la costumbre de la presentación de los niños a los 3 años de edad. La música de hoy es el Ave María de mi difunta amiga y arpista, Donna Germano.
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Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: "Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros". Pero el otro le reclamaba, indignado: "¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho". Y le decía a Jesús: "Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí". Jesús le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso". (Lc 23:35-43)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/112022.cfm
Estaba caminando una vez en un cementerio, y allí vi una lápida que tenía además del nombre y las fechas del difunto solo dos palabras: “Con Jesús”. No es una cuestión de dónde estaremos, sino con QUIÉN estaremos. estaremos con El.
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Salmo Responsorial (Salmo 143)
R. ¡Bendito sea el Señor, mi Roca!
Dios mío, yo quiero cantarte un cántico nuevo,
y tocar para ti con el arpa de diez cuerdas.
R. ¡Bendito sea el Señor, mi Roca!
https://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2022-11-19
Qué importantes son los que componen la música sagrada y los que la tocan, y bienaventurados los que cantamos las alabanzas de Dios. La Virgen María nos invita a todos a proclamar la grandeza del Señor.