Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

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Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: “Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros”. Pero el otro le reclamaba, indignado: “¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho”. Y le decía a Jesús: “Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí”. Jesús le respondió: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”. (Lc 22:14-23:56)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/041325.cfm
Hay una película maravillosa llamada De dioses y hombres (2010) que cuenta la historia de los monjes trapenses que fueron martirizados en Argelia en 1996. El abad escribe una carta de agradecimiento a su familia y también al terrorista que lo asesinaría: “Sí, para ti también quiero este GRACIAS, y este ADIOS, en cuyo rostro te contemplo. Y que nos sea concedido reencontrarnos como ladrones felices en el paraíso, si así lo quiere Dios, Padre nuestro, tuyo y mío. Amén. Insha'Allah”. El video es la escena de la última cena que estos monjes compartirían juntos antes de ser martirizados. Los siete monjes fueron beatificados en 2018.
https://youtu.be/axZPHR1ZitE

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Se acercaba la Pascua de los judíos y muchos de las regiones circunvecinas llegaron a Jerusalén antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús en el templo y se decían unos a otros: “¿Qué pasará? ¿No irá a venir para la fiesta?” (Jn 11:45-56)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/041225.cfm
Jesús no solo vendrá a la fiesta, sino que se convertirá en la fiesta, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Que la Semana Santa, la Gran Semana, esté llena de alegría y experimenten el amor de Dios en abundancia.

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¿Cómo es que a mí, a quien el Padre consagró y envió al mundo, me llaman blasfemo porque he dicho: ‘Soy Hijo de Dios’? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean a las obras, para que puedan comprender que el Padre está en mí y yo en el Padre”. Trataron entonces de apoderarse de él, pero se les escapó de las manos. (Jn 10:31-42)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/041125.cfm
La pregunta de quién es Jesús es central para todos. Con la llegada de la Semana Santa, la Liturgia nos acerca aún más al Señor al seguir sus pasos día a día y dejarnos llevar por su amor.
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Cuando Dios se le apareció, Abram se postró con el rostro en el suelo y Dios le dijo: “Aquí estoy. Ésta es la alianza que hago contigo: Serás padre de una multitud de pueblos. Ya no te llamarás Abram, sino Abraham, porque te he constituido como padre de muchas naciones. (Gén 17:3-9)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/041025.cfm
Tanto las lecturas como el salmo responsorial hablan de Abraham, nuestro padre en la fe. En el Evangelio, Jesús declara solemnemente: “En verdad, en verdad les digo: Yo les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy”. Al acercarse la hora de la glorificación de Jesús, nos regocijamos junto con Abraham al ver el día de Cristo.

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El rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó precipitadamente y dijo a sus consejeros: “¿Acaso no estaban atados los tres hombres que arrojamos al horno?” Ellos contestaron: “Sí, señor”. El rey replicó: “¿Por qué, entonces, estoy viendo cuatro hombres sueltos, que se pasean entre las llamas, sin quemarse? Y el cuarto, parece un ángel”. Nabucodonosor los hizo salir del horno y exclamó: “Bendito sea el Dios de Sedrak, Mesak y Abednegó, que ha enviado a su ángel para librar a sus siervos. (Dn 3:14-20,91-92,95)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/040925.cfm
La historia del horno de fuego captura la imaginación y nos invita a confiarnos al cuidado providencial de Dios y a cantar: ¡Bendito seas, Señor, para siempre!