Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
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¿No se venden cinco pajarillos por dos monedas? Sin embargo, ni de uno solo de ellos se olvida Dios; y por lo que a ustedes toca, todos los cabellos de su cabeza están contados. No teman, pues, porque ustedes valen mucho más que todos los pajarillos. (Lc 12:1-7)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/102023.cfm
Hay un viejo espiritual que dice que el mundo entero está en manos de Dios, que a ti y a mí Dios nos cuida más de lo que jamás sabremos. ¿Es la raza humana simplemente un experimento fracasado? El evangelio nos recuerda que no tengamos miedo, a pesar de todos nuestros fracasos, las manos de Dios todavía nos sostienen y Dios nunca nos dejará caer.
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Porque sostenemos que el hombre es justificado por la fe y no por hacer lo que prescribe la ley de Moisés. ¿Acaso Dios es Dios sólo de los judíos? ¿No lo es también de los no judíos? Evidentemente que sí, puesto que no hay más que un solo Dios, que justifica por medio de la fe tanto a los judíos como a los no judíos. (Rom 3:21-30)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/101923.cfm
La unidad en la salvación de judíos y gentiles es un sello distintivo de la predicación de San Pablo. Dios es de todos, judíos y gentiles, dice san Pablo. John de Brébeuf e Isaac Jogues y sus compañeros (m. 1642-1649) fueron misioneros jesuitas franceses en América del Norte. Creían que Dios también pertenece a los pueblos indígenas.
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Hermanas y hermanos: No me avergüenzo de predicar el Evangelio, que es una fuerza de Dios para salvar a todos los que creen, a los judíos primeramente y también a los no judíos. (Rom 1:16-25)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/101723.cfm
Como San Pablo, San Ignacio de Antioquía (m. 108) no se avergonzó del Evangelio. Como San Pablo, San Ignacio también escribió cartas a las iglesias. Como San Pablo, San Ignacio escribió una carta a la comunidad de Roma donde, igual a San Pablo, iba a ser martirizado por la fe: “Yo soy el trigo de Dios y seré molido por los dientes de las fieras para llegar a ser el pan puro de Cristo”. (Carta a los Romanos)
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Jesús designó a otros setenta y dos discípulos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir, y les dijo: "La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos". (Lc 10:1-9)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/101823.cfm
Los cuatro evangelios son anónimos. Los nombres que se les atribuyen provienen de la iglesia muchos años después. La celebración de hoy es más de un evangelio que un evangelista. Y el evangelio que llamamos “según san Lucas” es en realidad un evangelio de dos partes: el evangelio mismo y su volumen complementario que llamamos los Hechos de los Apóstoles. Una característica importante de ambos volúmenes es el envío de quienes llevarán las buenas nuevas a todo el mundo. Estamos llamados a ser el evangelio vivo para que todas las personas lo escuchen.
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Yo, Pablo, siervo de Cristo Jesús, he sido llamado por Dios para ser apóstol y elegido por él para proclamar su Evangelio . . . A todos ustedes, los que viven en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de su pueblo santo, les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor. (Rom 1:1-7)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/101623.cfm
Los escritos cristianos más antiguos no fueron los evangelios sino las cartas. La carta de San Pablo a la comunidad de Roma fue atesorada, copiada y luego compartida con otras comunidades. Con tiempo, estas cartas se convirtieron en las Escrituras que tenemos hoy.