Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Consideren que entre ustedes, los que han sido llamados por Dios, no hay muchos sabios, ni muchos poderosos, ni muchos nobles, según los criterios humanos. Pues Dios ha elegido a los ignorantes de este mundo, para humillar a los sabios; a los débiles del mundo, para avergonzar a los fuertes; a los insignificantes y despreciados del mundo, es decir, a los que no valen nada, para reducir a la nada a los que valen. (1 Cor 1:26-31)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/083124.cfm
Mientras Paul habla sobre la composición de la comunidad, realmente se divierte. La iglesia primitiva estaba compuesta en gran parte por esclavos. Entonces, cuando Pablo dice: “ni muchos nobles”, debe haber habido algunas risas en toda la congregación. El himno de alabanza de la Virgen María canta la gloria de Dios que exalta a los humildes y a los que no valen nada en este mundo. Y como canta María: “Santo . . . santo . . . ¡santo su nombre es”!