Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
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“Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo’’.
(Mt 18:10)
Los Santos Ángeles Custodios—¡tanto amor providencial que Dios nos tiene! La pequeña oración que aprendimos en la niñez todavía tiene un lugar en el corazón:
Ángel de la guarda,
mi dulce compañía
no me desampares
ni de noche ni de día
hasta que me pongas
en paz y alegría
con todos los santos,
Jesús, José, y María.
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Ojalá que mis palabras se escribieran;
ojalá que se grabaran en láminas de bronce
o con punzón de hierro se esculpieran
en la roca para siempre.
Yo sé bien que mi defensor está vivo
y que al final se levantará a favor del humillado;
de nuevo me revestiré de mi piel
y con mi carne veré a mi Dios;
yo mismo lo veré y no otro,
mis propios ojos lo contemplarán.
Esta es la firme esperanza que tengo’’.
(Job 19:23-27)
Las palabras de Job están grabadas en la roca de la memoria humana expresando el anhelo de ver a Dios. Santa Teresita, la Pequeña Flor, también vivía el “momento de Job” en su vida muy corta y dolorosa y expresó su deseo: "Voy a pasar mi cielo haciendo bien en la tierra . . . Después de mi muerte, haré caer una lluvia de rosas."
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Job tomó la palabra y les dijo a sus amigos:
“Sé muy bien que el hombre
no puede hacer triunfar su causa contra Dios.
Si el hombre pretendiera entablar pleito con él,
de mil cargos que Dios le hiciera, no podría rechazar ninguno. (Job 9:1-3)
Seguimos leyendo el Libro de Job. La pregunta de Job trata de la fragilidad humana ante el Dios Todopoderoso. ¿Cuál humano puede resistir a Dios? ¿Cuál humano puede justificarse ante Dios?
Hoy es la fiesta de San Jerónimo, el Aficionado de la Palabra de Dios. Se puso a aprender Hebreo para traducir las Escrituras de los idiomas originales de Hebreo y Griego a un idioma conocido por la gente común. su traducción de la Biblia se llama La Vulgata. Y como San Jerónimo dijo:
Ignorar la Escritura es ignorar a Cristo.
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R. Te cantaremos, Señor, delante de tus ángeles.
De todo corazón te damos gracias,
Señor, porque escuchaste nuestros ruegos.
Te cantaremos delante de tus ángeles,
te adoraremos en tu templo.
R. Te cantaremos, Señor, delante de tus ángeles.
(Salmo 137)
Hoy celebramos la Divina Providencia que Dios nos tiene por medio de los ángeles. Los nombres de los arcángeles son teofórico (el nombre contiene el nombre de Dios): Miguel (¿Quién es como Dios?); Gabriel (la fuerza de Dios); Rafael (Dios ha sanado). Estos tres Arcángeles son los únicos ángeles nombrados en la Biblia. Miguel fue mi nombre de confirmación.
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El Señor le dijo: “¿Te fijaste en mi siervo Job? No hay nadie como él en la tierra; es un hombre íntegro y recto, que teme a Dios y se aparta del mal”.
Satanás le respondió: “¿Y crees tú que su temor a Dios es desinteresado? ¿Acaso no has construido tú mismo una cerca protectora alrededor de él, de su familia y de todos sus bienes?
El Señor le dijo: “Haz lo que quieras con sus cosas, pero a él no lo toques”.
Y Satanás se retiró de la presencia del Señor. (Job 1:8-9,12)
Una apuesta entre el Señor y Satanás. Guau—¡que inicio al Libro de Job! Y, por supuesto, la pregunta que hace el Libro de Job, “¿Por qué los buenos sufren?” es la pregunta de todas las Escrituras de todas las religiones. Es la pregunta, punto.
La foto es una pintura de Job por Danny Helms.