Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
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Esto es lo que el Señor me dijo: “Jeremías, ve a la casa del alfarero y ahí te haré oír mis palabras”.
Fui, pues, a la casa del alfarero y lo hallé trabajando en su torno. Cuando se le estropeaba la vasija que estaba modelando, volvía a hacer otra con el mismo barro, como mejor le parecía. (Jeremías 18:1-6)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/080124.cfm
La imagen de la casa del alfarero nos dice que Dios aún no ha terminado con nosotros. Puede que no salgamos como Dios espera, pero Dios sigue trabajando con nuestro barro y nos vuelve a formar y a hacer. San Alfonso de Ligorio (1696-1787) es recordado por su entrega: «Te amo, oh Jesús, Amor mío, más que a mi mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. No permitas que vuelva a separarme de Ti. Haz que te ame siempre, y dispón de mí como te agrade».
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Cuando se presentaban tus palabras, yo las devoraba, tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo soy llamado con tu Nombre, Señor, Dios de los ejércitos. (Jeremías 15:10, 16-21)
https://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2024-07-31
San Ignacio de Loyola (1491-1556) tardó algún tiempo en encontrar las palabras de Dios... pero una vez encontradas las devoró de verdad y llevó con gusto el nombre de Dios el resto de su vida. Fue en el monasterio benedictino de Montserrat donde Ignacio, en peregrinación en 1522, entregó su espada a la Virgen de Montserrat como signo de su conversión.
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Que mis ojos lloren sin cesar de día y de noche, porque la capital de mi pueblo está afligida por un gran desastre, por una herida gravísima. ¿Por qué nos has herido tan gravemente, que ya no tenemos remedio? Esperábamos tranquilidad y sólo hay perturbación; esperábamos la curación y sólo encontramos miedo. Reconocemos, Señor, nuestras maldades y las culpas de nuestros padres; hemos pecado contra ti. (Jeremías 14:17-22)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/073024.cfm
Jeremías, como la mayoría de los profetas, no era muy popular. De hecho, su vida siempre estuvo en peligro. Pero su amor por el pueblo de Dios dio lugar a algunas de las poesías más trágicas de todos los profetas. La foto de hoy es de Marc Chagall, Jeremías, Hombre de Lágrimas.
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Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará". Marta respondió: "Ya sé que resucitará en la resurrección del último día". Jesús le dijo: "Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquel que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees tú esto?" Ella le contestó: "Sí, Señor. Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”. (Jn 11:19-27)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072924.cfm
Marta, María y Lázaro están pegados al Señor. Las hermanas avisan a Jesús: «Señor, el que ama está enfermo». Por eso es oportuno celebrar en una sola fiesta a estos tres amados del Señor y su casa de Betania, donde todos podemos encontrar acogida.
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Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?" Jesús le respondió: "Díganle a la gente que se siente". Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. (Jn 6:1-15)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072824.cfm
Como el evangelio de Marcos es tan corto, el leccionario lo completa con el capítulo 6 del cuarto evangelio (según San Juan) durante los próximos domingos. Y los pasajes que siguen a la lectura de este domingo forman lo que se llama El Discurso del Pan de Vida. Por supuesto, el Señor sabe bien lo que hace: alimentar a los hambrientos es una parte esencial del Pan de Vida.
