Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

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Dándose cuenta de ello, Jesús les dijo: "¿Por qué están comentando que no trajeron panes? ¿Todavía no entienden ni acaban de comprender? ¿Tan embotada está su mente? ¿Para qué tienen ustedes ojos, si no ven, y oídos, si no oyen? ¿No recuerdan cuántos canastos de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil hombres?" Ellos le contestaron: "Doce". Y añadió: "¿Y cuántos canastos de sobras recogieron cuando repartí siete panes entre cuatro mil?" Le respondieron: "Siete". Entonces él dijo: "¿Y todavía no acaban de comprender?" (Mc 8:14-21)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/021324.cfm
Como discípulos siempre somos un poco lentos para darnos cuenta. Tal vez sea importante RECORDAR, recordar todas las gracias que hemos recibido del Señor. Hoy en mi ciudad natal de Mobile, Alabama, es el día de Mardi Gras (Martes Gordo). Mardi Gras es un maravilloso recordatorio de que mañana es Miércoles de Ceniza y el comienzo de la Cuaresma.

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En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y se pusieron a discutir con él, y para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo. Jesús suspiró profundamente y dijo: "¿Por qué esta gente busca una señal? Les aseguro que a esta gente no se le dará ninguna señal". Entonces los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla. (Mc 8:11-13)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/021224.cfm
Todo el mundo parece querer una señal para tener una prueba de quién es Jesús. El Señor no tiene mucha paciencia para esas tonterías. Vuelve a la barca y se va. Sus palabras y sus hechos son prueba suficiente.

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Hermanas y hermanos: Todo lo que hagan ustedes, sea comer, o beber, o cualquier otra cosa, háganlo todo para gloria de Dios. Sean, pues, imitadores míos, como yo lo soy de Cristo. (1 Cor 10:31-11:1)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/021124.cfm
Mientras nos preparamos para entrar en la Cuaresma esta semana, San Pablo nos recuerda que “háganlo todo para gloria de Dios". La imitación de Cristo es un elemento clave de la espiritualidad cristiana. Mientras tratamos de seguir a Cristo viviendo como Él vivió, amando como Él amó, cuidando de los pobres, los que sufren, los hambrientos y los enfermos, toquemos el mundo con nuestras manos y nuestro corazón para que Cristo viva realmente en nosotros, nosotros en Él.

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En aquellos días, vio Jesús que lo seguía mucha gente y no tenían qué comer. Entonces llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da lástima esta gente: ya llevan tres días conmigo y no tienen qué comer.” Sus discípulos le respondieron: "¿Y dónde se puede conseguir pan, aquí en despoblado, para que coma esta gente?" (Mc 8:1-10)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/021024.cfm
La alimentación de los 4.000 es otro de los pasajes que nos recuerdan de la Eucaristía. El Evangelio nos dice que "comieron y se saciaron y todavía se recogieron siete canastos de sobras”. Los pasajes de los Panes y los Pescados nos recuerdan a nosotros, los discípulos dudosos de hoy, que el Pan de Vida sacia las hambres más profundas del corazón humano. Santa Escolástica es la hermana gemela de San Benito. Se la considera la fundadora de la vida religiosa femenina organizada. La imagen de hoy de la Alimentación de los 4.000 es obra de la artista africana Bénédicte de La Roncière.

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Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, ellos con más insistencia lo proclamaban; y todos estaban asombrados y decían: "¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos". (Mc 7:31-37)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/020924.cfm
El secreto mesiánico es una parte interesante del Evangelio según Marcos. Tal vez, el escritor del Evangelio quiere que sepamos que no es a través de las curaciones o de cualquiera de los otros signos milagrosos que sabemos quién es Jesús realmente. Más bien, después de que Jesús muere en la Cruz, es el centurión pagano quien ve la forma de su muerte y hace la sorprendente confesión: "¡Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios!".