Leví ofreció en su casa un gran banquete en honor de Jesús, y estaban a la mesa, con ellos, un gran número de publicanos y otras personas. Los fariseos y los escribas criticaban por eso a los discípulos, diciéndoles: “¿Por qué comen y beben con publicanos y pecadores?” Jesús les respondió: “No son los sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan”. (Lc 5:27-32)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/021724.cfm
Cuando estaba en la secundaria, un amigo hizo un comentario burlándose de la iglesia delante de su abuela. Nunca olvidé su respuesta: "La iglesia no es un club para santos, es un hospital para pecadores".
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Sábado de La Bienaventurada Virgen María, 17 de febrero
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