Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
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Yo soy Rafael, uno de los siete santos ángeles que estamos presentes ante el Señor de la gloria.
Así pues, den gracias al Señor en la tierra y alaben a Dios. Por mi parte, yo vuelvo junto a aquel que me ha enviado. Ustedes escriban todas las cosas que les han sucedido’’. Y desapareció.
(Tobías 12:1, 5-15, 20)
La orden de “escribir todas las cosas que les han sucedido” es importante para todos, porque a veces se nos olvida. Pero no queremos olvidar nunca de alabar a Dios por todas las bendiciones que hemos recibido.
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Rafael le dijo a Tobías antes de que llegaran a donde estaba el padre de éste: “Estoy seguro de que sus ojos se abrirán. Úntale la hiel del pescado en los ojos y el medicamento le quitará las manchas blancas de los ojos. Entonces tu padre recobrará la vista y podrá ver la luz”.
(Tobías 11:5-17)
En el arte de la iglesia, el Arcángel Rafael generalmente se representa sosteniendo un pez.
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Tobías se levantó y le dijo a Sara: “¡Levántate, hermana! Supliquemos al Señor, nuestro Dios, que tenga misericordia de nosotros y nos proteja”. Se levantó Sara y comenzaron a suplicar al Señor que los protegiera.
(Tobías 6:10-11; 7:1, 9-17; 8:4-9a)
Probablemente una de las escenas más divertidas de toda la Biblia: ¡una pareja rezando junto a su lecho matrimonial en su noche de bodas! San Carlos y sus compañeros eran los primeros mártires de Uganda.
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En aquel instante, el Dios de la gloria escuchó las súplicas de Sara y de Tobit, y envió al ángel Rafael a curarlos.
(Tobías 3:1-11a, 16-17a)
El Arcángel Rafael es uno de los tres arcángeles mencionados por su nombre en la Biblia. "Rafael" significa "Dios sana".
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Al llegar a mi casa el cabrito, comenzó a balar, y yo, al oírlo, llamé a Ana y le pregunté: “¿De dónde ha salido ese cabrito? ¿No será robado? Devuélveselo a sus dueños, porque nosotros no podemos comer nada robado”. Entonces ella me respondió: “Es un regalo que me hicieron, además de mi paga”. Pero yo no le creí y le dije que lo devolviera a sus dueños y me enojé con ella por ese motivo. Entonces ella me replicó: “¿De qué te han servido tus limosnas? ¿De qué te han servido tus buenas obras? ¡Dímelo tú, que todo lo sabes!”
(Tobías 2:9-14)
Incluso para los santos, la vida doméstica puede ser un poco estresante, como ilustra esta lectura del Libro de Tobías. El justo puede "dar generosamente a los pobres", como señala el salmo de hoy, pero si quiere tranquilidad doméstica, es mejor que primero se asegure de aclararlo con su esposa.