Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

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La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús,
quien, siendo Dios,
no consideró que debía aferrarse
a las prerrogativas de su condición divina,
sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo
tomando la condición de siervo,
y se hizo semejante a los hombres.
Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo
y por obediencia aceptó incluso la muerte,
y una muerte de cruz.
(Flp 2:5-8)
Tener la misma actitud de Cristo . . . es decir, tener el mismo corazón de Cristo es la meta de ser discípulo. Queremos aceptar la cruz no como deber . . . sino aceptarla por el amor, igual al Sagrado Corazón de Jesús. Queremos imitar a Jesús que se anonadó a si mismo, para que Cristo viva en nosotros.
La foto de hoy es de la Cruz de San Damiano que ya está en la Basílica de Santa Clara en Asís.

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Piensa en tu fin y deja de odiar,
y no guardes rencor a tu prójimo.
y pasa por alto las ofensas.
(Sir 28:6-7)
En la Regla de San Benito, se encuentra este consejo para el monje: tener cada día presente ante los ojos a la muerte. Este consejo no es algo deprimido . . . más bien este consejo sale en la capítula “LOS INSTRUMENTOS DE LAS BUENAS OBRAS”. San Benito y el autor del Libro de Ecclesiástico (Siracide) sabían que en la luz de la eternidad las pequeñas peleas de la vida diaria no significan nada. Si tuviéramos “cada día presente ante los ojos a la muerte”, tal vez podríamos dejar de odiar y no guardar rencor al prójimo y pasar por alto las ofensas. El perdonar no es opcional. Como nos dice Jesús:
Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes, si cada cual no perdona de corazón a su hermano (Mt 18:35).

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El cáliz de la bendición con el que damos gracias, ¿no nos une a Cristo por medio de su sangre? Y el pan que partimos, ¿no nos une a Cristo por medio de su cuerpo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque todos comemos del mismo pan.
(1 Cor 14:16-17)
Nuestra comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo satisface los más profundos deseos del corazón humano. Y hoy celebramos el Santísimo Nombre de María y recordamos su cántico, el Magnificat, en el cual ella canta las alabanzas de Dios que "a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos" (Lc 1:53)

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Salmo Responsorial (Salmo 83)
R. Qué agradable, Señor, es tu morada.
Hasta el gorrión encuentra casa
y la golondrina un lugar para su nido,
cerca de tus altares,
Señor de los ejércitos, Dios mío.
R. Qué agradable, Señor, es tu morada.
Me acuerdo de este día hace 19 años. Estaba en retiro en el seminario de San Meinrado. Después de la cita con mi guía espiritual, el me avisó que debía ir a la sala de los profesores para ver la televisión. Fue horrible ver lo que estaba pasando en tiempo real mientras los reporteros y todo el país estaban en shock. En el seminario sabíamos que hacer . . . todos fuimos a la capilla para rezar. Como dice el salmista: ¡Qué agradable, Señor, es tu morada!

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“Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida conque midan, serán medidos’’.
(Lc 6:36-38)
¡Tantas riquezas en las lecturas de la Misa de hoy! “Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso . . . . “ Pues, ¡eso es el secreto de los santos! Y por eso, recordamos con mucha devoción a los que siguieron el Camino de Jesús. Hay gente egoísta y narcisista que no pueden entender la auto-entrega o el sacrificarse por los demás y se para frente a las tumbas de los santos y de las personas que se sacrificaron por los demás y se hace la pregunta: “No entiendo . . . ¿qué ganaron ellos?" Pues, nosotros como creyentes, sí lo sabemos y sabemos que el sacrificarse por los demás es lo que nuestro Señor lo hizo por todos nosotros en la Cruz. Y el Señor nos dice: Nadie tiene un amor mayor que este: que uno dé su vida por sus amigos (Jn 15:13).
La foto de hoy es del cementerio de los caídos de los EE.UU. en Francia y tiene la siguiente escritura en la cruz: "Vivir en los corazones de los que dejamos atrás no es morir."