Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
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Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro,
esperanza de las naciones y salvador de los pueblos:
ven a salvarnos, Señor Dios nuestro.
Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos, y en toda la región montañosa de Judea se comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de ello se preguntaban impresionados: “¿Qué va a ser de este niño?” Esto lo decían, porque realmente la mano de Dios estaba con él.
(Lc 1:57-66)
“¿Qué va a ser de este niño?” Esta es buena pregunta cuando tenemos encuentro con un cualquier niño. Porque sabemos que la mano de Dios está con cada niño que viene al mundo. Tenía un tío que nació el 26 de diciembre. Mi abuela siempre guardaba uno de sus regalos de Navidad para que lo abriera en su cumpleaños con el pastel. Por todos que han nacido en este tiempo sagrado cerca del Nacimiento del Señor, sabemos que ustedes tienen el mismo amor que Jesús. La foto es del fresco de San Juan el Bautista en la iglesia de Santa María, West Jefferson, Carolina del Norte. El villancico es de Colombia, Dulce Jesús Mío.
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Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos,
Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo:
ven y salva al hombre,
que formaste del barro de la tierra.
Ha hecho sentir el poder de su brazo:
dispersó a los de corazón altanero,
destronó a los potentados
y exaltó a los humildes.
A los hambrientos los colmó de bienes
y a los ricos los despidió sin nada.
(Lc 1:46-56)
El Cántico de Ana (que es el Salmo Responsorial de hoy) es la fuente del Cántico de la Virgen María. Lo interesante es que los dos cánticos hablan del favor de Dios para con los humildes y los pobres (la opción preferencial de Dios). La foto es de una madre e hijo de los Apalaches durante la Gran Depresión. El villancico es de Colombia y habla de la pobreza, El Niño No Nos Trajo.
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Oh Amanecer,
Resplandor de la luz eterna, Sol de justicia:
ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.
(Lc 1:39-45)
“¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!” Las palabras de Isabel suenen por todas las edades. En estos últimos días del Adviento estamos en espera por la venida del Señor, la fe de María nos da esperanzas. Como Isabel dice sobre María, “Dichosa tú, que has creído”. Tenemos la misma fe de María en el Amanecer, el Sol de justicia, el Resplandor de la luz eterna, nuestro Señor Jesucristo. El villancico colombiano es Salve Reina y Madre.
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Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel;
que abres y nadie puede cerrar;
cierras y nadie puede abrir:
ven y libra a los cautivos
que viven en tinieblas y en sombra de muerte.
María contestó: “Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho”.
(Lc 1:38)
Este Cuarto Domingo de Adviento se enfoca en la Virgen María y su Fiat, su Sí al plan de Dios. Como nos dijo San Agustín: María es más bendita en creer que en concebir. Y como San Isabel dice sobre María: ¡Dichosa tú que has creído! (Lc 1:45) La foto es de la Anunciación por Van Eyck. Y hoy tenemos el villancico venezolano, El Angel Gabriel.
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Oh Raíz de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos;
ante quien los reyes enmudecen,
y cuyo auxilio imploran las naciones:
ven a librarnos, no tardes más.
El ángel le contestó a Zacarías: “Yo soy Gabriel, el que asiste delante de Dios. He sido enviado para hablar contigo y darte esta buena noticia. Ahora tú quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que todo esto suceda, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo”.
(Lc 1:5-25)
La Narrativa de la Infancia de San Lucas es un placer doble: dos anunciaciones, dos natividades, y dos cánticos de alabanza. Pero que contraste entre las dos anunciaciones—el sacerdote que no cree, y la jovencita que dice, “Cúmplase en mi lo que me has dicho.” Y ¡que apropiado el castigo para el sacerdote, quedarse mudo hasta el parto! La foto es la Anunciación a Zacarías. El villancico es Mi Burrito Sabanero que es muy popular en Colombia.
