Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
- :
Yo, Pablo, siervo de Cristo Jesús, he sido llamado por Dios para ser apóstol y elegido por él para proclamar su Evangelio. A todos ustedes, los que viven en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de su pueblo santo, les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor. (Rom 1:1-7)
La Carta de Pablo a los Romanos es la obra maestra de todas sus cartas. Hoy comenzamos la lectura continua de esta carta. Tanto Pablo como Pedro fueron martirizados en Roma. Y así, la Iglesia de Roma reclama a los dos apóstoles más grandes, Pedro y Pablo, como sus fundadores. Hoy es la fiesta del Papa San Juan XXIII, sucesor de San Pedro en la Iglesia de Roma. Convocó el Concilio Vaticano II.
- :
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó corriendo un hombre, se arrodilló ante él y le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?” Jesús le contestó: “Ya sabes los mandamientos”. Entonces él le contestó: “Maestro, todo eso lo he cumplido desde muy joven”. Jesús lo miró con amor y le dijo: “Sólo una cosa te falta: Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme”. Pero al oír estas palabras, el hombre se entristeció y se fue apesadumbrado, porque tenía muchos bienes. (Mc 10:17-30)
El secreto de los santos es que escucharon el evangelio dirigido a ellos. Y luego actuaron en consecuencia. La pregunta para nosotros es ¿qué escuchamos? ¿Nos está hablando el Señor? Y si es así, ¿qué haremos al respecto para poder seguirlo?
- :
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la multitud, una mujer del pueblo, gritando, le dijo: “¡Dichosa la mujer que te llevó en su seno y cuyos pechos te amamantaron!” Pero Jesús le respondió: “Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica”. (Lc 11:27-28)
Escuchar la palabra de Dios y ponerla en práctica es de lo que se trata la fe. Es una antigua costumbre en la Iglesia dedicar el sábado a la Virgen María, que “atesoraba todas estas cosas y las reflexionaba en su corazón” (Lc 2, 19) y nos enseña a hacer lo mismo.
- :
Ya está cerca el día del Señor.
Es un día de oscuridad y de tinieblas,
día de nubes y de tormenta. (Joel 1:13-15;2:1-2)
El Día del Señor en el profeta Joel es aterrador. Pero como nos recuerda el salmo de hoy: El Señor juzgará al mundo con justicia (Salmo 9: 2-3,6; 16: 8-9). Quizás, las antiguas Obras de Misericordia Corporales puedan ser útiles en el Día del Señor: alimentar a los hambrientos, dar de beber a los sedientos, vestir a los desnudos, albergar a los desamparados, visitar a los enfermos, visitar a los presos, y enterrar a los muertos. Como nos recuerda la Profesión de Fe, habrá un examen final. . . “De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.”
- :
Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, toquen y se les abrirá. Porque quien pide, recibe; quien busca, encuentra y al que toca, se le abre. (Lc 11:5-13)
La razón por la que podemos pedir, la razón por la que podemos buscar, la razón por la que podemos tocar la puerta es que Jesús nos ha enseñado a orar: "Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu nombre”. Ayer celebré una Misa especial en la casa de Margarita Ochoa Ochoa quien cumplió 100 años. En medio de la fiesta que siguió a la Misa, ella prendió el televisor para que ella y su hermanita pudieran rezar la Coronilla de la Divina Misericordia. Fue un poquito de sabiduría espiritual de una jovencita de 100 años.