Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

“Tú eres digno de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste sacrificado y con tu sangre compraste para Dios hombres de todas las razas y lenguas, de todos los pueblos y naciones, y con ellos has constituido un reino de sacerdotes, que servirán a nuestro Dios y reinarán sobre la tierra”. (Apoc 5:1-10)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/111722.cfm
Un reino de sacerdotes para nuestro Dios. . . el Concilio Vaticano II se basó en este pasaje de la Escritura al hablar del Pueblo de Dios: los fieles que, en cuanto incorporados a Cristo por el bautismo, integrados al Pueblo de Dios y hechos partícipes, a su modo, de la función sacerdotal, profética y real de Cristo, ejercen en la Iglesia y en el mundo la misión de todo el pueblo cristiano en la parte que a ellos corresponde”. Santa Isabel de Hungría (1207-1231) cuidó de los enfermos y es la patrona de la Tercera Orden de San Francisco de Asís. “¡PUEBLO DE REYES, ASAMBLEA SANTA, PUEBLO SACERDOTAL, PUEBLO DE DIOS, BENDICE A TU SEÑOR!”