Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
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Salmo Responsorial (Salmo 47)
R/. Dios ha fundado su ciudad para siempre. Grande es el Señor, y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios. Su Monte Santo, una altura hermosa, alegría de toda la tierra. R/. Dios ha fundado su ciudad para siempre. El monte Sion, vértice del cielo, ciudad del gran rey. Entre sus palacios, Dios descuella como un alcázar. R/. Dios ha fundado su ciudad para siempre.
El monte santo de Dios . . . las montañas siempre han capturado la imaginación religiosa. La humanidad siempre ha escogido las montañas para construir santuarios y templos y casas de oración. Para los indígenas las montañas son sagradas. Hoy celebramos la fiesta de Santa Kateri (Catalina) Tekawitha, la primera santa indígena de América del Norte. Se llama el “lirio de los Mohawks”.
La foto de hoy es de la montaña llamada por los indígenas, Los Seis Abuelos. La tierra fue robabada cuando se descubrió oro, y después se convertió en Mount Rushmore con las imágenes de cuatro presidentes.
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Sus solemnidades y fiestas las detesto; se me han vuelto una carga insoportable. Cuando extienden sus manos para orar, cierro los ojos; aunque multipliquen sus plegarias, no los escucharé. Sus manos están llenas de sangre. Lávense y purifíquense; aparten de mí sus malas acciones. Dejen de hacer el mal, aprendan a hacer el bien, busquen la justicia, auxilien al oprimido, defiendan los derechos del huérfano y la causa de la viuda’’. (Is 1:13-17)
Tal vez es demasiado pensar que Dios esté cansado con nuestra devoción, pero las Escrituras son muy claras. Lo que Dios quiere no es devotos más bien justos, los que hacen la justicia: auxiliar al oprimido, defender los derechos del huérfano, y la causa de la viuda. Un entrenador de fútbol universitario y su equipo hicieron un video de Youtube para enseñar a la iglesia. Como ellos dijeron: Todas las vidas no se pueden importar hasta que las vidas negras importan.
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Un día salió Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a la orilla del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente, que él se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía en la orilla. Entonces Jesús les habló de muchas cosas en parábolas y les dijo: “Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla, unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca tierra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa; pero cuando subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces, se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron las plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga.” (Mt 13:1-9)
La parábola de la cosecha milagrosa nos recuerda de que la cosecha es del Señor. Por ejemplo, si queremos un jardín, preparamos la tierra, quitamos las rocas, echamos abono, y tal vez colocamos un espantapájaros. Pero el sembrador de la parábola no hace nada de eso. ¡Qué tonto! Si la parábola trata del Reino de Dios, entonces debemos sembrar la palabra por todos lados y dejar la cosecha en las manos del Señor.
La pintura es El Sembrador por Vincent Van Gogh.
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Escuché entonces la voz del Señor que decía: “¿A quién enviaré? ¿Quién irá de parte mía?” Yo le respondí: “Aquí estoy, Señor, envíame”. (Is 6:8)
El llamado del profeta Isaías es impresionante por el entusiasmo de la respuesta del profeta, ““Aquí estoy, Señor, envíame”. Hoy es la fiesta de San Benito. La Regla para Monasterios que Benito escribió nos invita a la escuela del servicio del Señor.
La foto de hoy es el mural de San Benito de la Arquiabadía de San Meinrado en Indiana, Estados Unidos.
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El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin, se salvará. (Mt 10:21-22)
Este pasaje no aparece en las tarjetas del Día de las Madres ni el Día de los Padres. ¿Por qué una comunidad quería preservar este dicho de Jesús? Debe reflejar la vida real de aquella comunidad. Me acuerdo del sermón más corto. Fue sobre este pasaje: Todos los odiarán a ustedes por mi causa. El predicador dijo: ¿Por qué ellos no nos odian jamás? Y después se sentó. Es muy buena pregunta. Si estamos con los que Jesús quiere . . . pues, todos nos odiarán.
La foto de hoy es Cristo y Los Hambrientos (Christ of the Breadlines) por Fritz Eichenberg (1950).