Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
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Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel;
que abres y nadie puede cerrar;
cierras y nadie puede abrir:
ven y libra a los cautivos
que viven en tinieblas y en sombra de muerte.
María contestó: “Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho”.
(Lc 1:38)
Este Cuarto Domingo de Adviento se enfoca en la Virgen María y su Fiat, su Sí al plan de Dios. Como nos dijo San Agustín: María es más bendita en creer que en concebir. Y como San Isabel dice sobre María: ¡Dichosa tú que has creído! (Lc 1:45) La foto es de la Anunciación por Van Eyck. Y hoy tenemos el villancico venezolano, El Angel Gabriel.
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Oh Raíz de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos;
ante quien los reyes enmudecen,
y cuyo auxilio imploran las naciones:
ven a librarnos, no tardes más.
El ángel le contestó a Zacarías: “Yo soy Gabriel, el que asiste delante de Dios. He sido enviado para hablar contigo y darte esta buena noticia. Ahora tú quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que todo esto suceda, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo”.
(Lc 1:5-25)
La Narrativa de la Infancia de San Lucas es un placer doble: dos anunciaciones, dos natividades, y dos cánticos de alabanza. Pero que contraste entre las dos anunciaciones—el sacerdote que no cree, y la jovencita que dice, “Cúmplase en mi lo que me has dicho.” Y ¡que apropiado el castigo para el sacerdote, quedarse mudo hasta el parto! La foto es la Anunciación a Zacarías. El villancico es Mi Burrito Sabanero que es muy popular en Colombia.
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Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente
y en el Sinaí le diste tu ley:
ven a librarnos con el poder de tu brazo.
Un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa.
(Mt 1:18-25)
En el evangelio de San Mateo, San José tiene un papel importante en el Narrativo de la Infancia. El Papa Francisco ha proclamado un Jubileo Extraordinario de San José desde el 8 de diciembre de 2020 hasta el 8 de diciembre de 2021. San José es un buen ejemplo de cumplir lo que el Señor nos pide. La foto es la cabeza de San José del vitral de la Huida a Egipto en la Parroquia de San Pio V en Troy, Indiana, USA. El villancico es de Colombia, Las Barbas de San José.
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Oh, Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo,
abarcando del uno al otro confín,
y ordenándolo todo con firmeza y suavidad:
ven y muéstranos el camino de la salvación.
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.
(Mt 1:1)
Hoy se arranca la última parte del Adviento, el tiempo de las Antífonas O. Cada día vamos a leer la Narrativa de la Infancia (capítulos 1-2) primero del evangelio de San Mateo y después del evangelio de San Lucas. La genealogía de Jesucristo de San Mateo nos invita a todos a la historia de la Salvación. Contemplamos la Segunda Venida de Cristo por medio de su Primera.
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En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar a Jesús: “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?” Cuando llegaron a donde estaba Jesús, le dijeron: “Juan el Bautista nos ha mandado a preguntarte si eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro”.
(Lc 7:18-20)
“¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?” es el tema prioritario de fe. Por supuesto, los dos discípulos de Juan Bautista recibieron una respuesta, y nosotros también. Porque El que esperamos es El que proclama buenas noticias a los pobres. Entonces, cuando cuidamos de los pobres, cuidamos de El, y quedamos dichosos de veras. La foto es Christ of the Breadlines (1951) [Cristo de la Despensa] por Fritz Eichenberg.