Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
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Extendí mi manto sobre ti y te cubrí con él; con juramento hice una alianza contigo, dice el Señor, y fuiste mía. Te lavé la sangre que te cubría y te ungí con aceite. Te puse vestidos bordados, sandalias finas, una banda de lino en la cabeza y un manto de seda. Te engalané con joyas: con pulseras y collares; te puse un anillo, aretes y una espléndida diadema en la cabeza; lucías joyas de oro y plata y vestidos de lino, de seda y de bordados. Te alimentabas con trigo fino, con miel y con aceite. Eras cada día más bella,tan hermosa como una reina. Entonces te envaneciste por tu belleza, te aprovechaste de tu fama para prostituirte y te entregaste a todo el que pasaba. Pero yo tendré presente la alianza que hice contigo cuando eras joven y haré contigo una alianza eterna. (Ez 16:1-15. 60, 63)
https://bible.usccb.org/es/bible/readings/081222.cfm
¡Qué poderosa descripción del amor eterno de Dios por nosotros!
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Arregla tus cosas como quien va al destierro, de día, ante la vista de todos y sal por la tarde, a la vista de todos, como salen los desterrados. Haz, a la vista de todos, un agujero en la pared y sal por ahí. Ante la vista de todos, échate tus cosas al hombro y sal en la oscuridad; cúbrete la cara para no ver el país, porque te he convertido en una señal para el pueblo de Israel’’. Hice, pues, lo que el Señor me había ordenado. (Ez 12:1-12)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/081122.cfm
Los actos proféticos y simbólicos son una parte esencial del ministerio del profeta Ezequiel, especialmente para aquellos que “tienen ojos para ver pero no ven, y oídos para oír pero no oyen”. Santa Clara escuchó la predicación de San Francisco de Asís y entregó su vida a Dios abrazando la pobreza y la humildad.
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Salmo Responsorial (Salmo 111)
R. Dichoso el hombre honrado, que se compadece y presta.
Dichosos los que temen al Señor
y aman de corazón sus mandamientos;
poderosos serán sus descendientes.
Dios bendice a los hijos de los buenos.
R. Dichoso el hombre honrado, que se compadece y presta.
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/081022.cfm
San Lorenzo es el modelo para todos los diáconos. Su entrega a los pobres todavía se canta en la iglesia y nos recuerda a todos que el ministerio se define por el servicio, hasta el punto de dar la vida.
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Él me dijo: “Hijo de hombre, come lo que tienes delante: come este rollo, y ve a hablar a los israelitas”. Yo abrí mi boca y Él me hizo comer ese rollo.
Después me dijo: “Hijo de hombre, alimenta tu vientre y llena tus entrañas con este libro que Yo te doy”. Yo lo comí y era en mi boca dulce como la miel.
Él me dijo: “Hijo de hombre, dirígete a los israelitas y comunícales mis palabras”. (Ez 2:8-3:4)
https://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2022-08-09
Comiendo las palabras del Señor, el profeta Ezekiel nos comunica la Palabra. Como dice el Salmista: ¡”Qué dulce es tu palabra en mi boca, Señor”!
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El día cinco del mes cuarto (era el año quinto de la deportación del rey Joaquín), me fue dirigida la palabra del Señor a mí, Ezequiel, sacerdote, hijo de Buzí, en el país de los caldeos, a orillas del río Kebar, y fui arrebatado en éxtasis. (Ez 1:2-5, 24-28c)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/080822.cfm
Comenzamos hoy leyendo al profeta Ezequiel. Muchos de los profetas tenían una relación muy difícil con el clan sacerdotal . . . pero Ezequiel es un sacerdote, aunque en el exilio y sin templo. Sus visiones son únicas entre los profetas y ofrecen esperanza para el futuro. Santo Domingo fundó la Orden de Predicadores para promover la predicación de la Palabra. Laudare, Benedicere, Praedicare: Alabaré, Bendeciré y Predicaré.