Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

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Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y el mar ya no existía. También vi que descendía del cielo, desde donde está Dios, la ciudad santa, la nueva Jerusalén, engalanada como una novia que va a desposarse con su prometido. (Apoc 20:1-4, 11-21:2)
https://bible.usccb.org/es/bible/readings/112522.cfm
Un cielo nuevo, una tierra nueva, una nueva Jerusalén. . . y un nuevo nosotros! ¡Qué visión, que Dios quiere que vivamos AHORA! Hoy también es Black Friday (Viernes Negro) y el comienzo de la temporada de compras navideñas.

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Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ése era un samaritano. Entonces dijo Jesús: “¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?” Después le dijo al samaritano: “Levántate y vete. Tu fe te ha salvado”. (Lc 17:11-19)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/112422-thanksgiving.cfm
Que importante es dar gracias. En la historia de los leprosos, todos los 10 fueron curados, pero solo uno se salvó, el que volvió a dar gracias al Señor. El centro mismo de nuestra fe es la Eucaristía, cuando celebramos la comida que Jesús nos dejó para recordarlo. Eucaristía es la palabra griega que significa “dar gracias”. Damos gracias por todo lo que Jesús hizo para salvarnos. Y en este Día de Acción de Gracias le doy gracias a Dios por todos ustedes, mi familia y mis amigos, y especialmente por los que nos han adelantado al Reino.

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Vi también a los vencedores de la bestia, estaban de pie junto al mar de cristal, con las cítaras que Dios les había dado, y cantaban el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios todopoderoso; justo y verdadero tu proceder, rey de las naciones. ¿Quién no te respetará, Señor? ¿Quién no te alabará? Ya que sólo tú eres santo, y todas las naciones vendrán a adorarte, porque tus justas sentencias han quedado patentes”. (Apoc 15:1-4)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/112322.cfm
El Libro de Apocalipsis está lleno de himnos y refleja el legado musical de la iglesia primitiva. Estos himnos maravillosos nos recuerdan que ya sea que podamos cantar o no, todos podemos aclamar con júbilo al Señor.

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Salió otro ángel del templo celestial, también él con una afilada hoz en su mano. Y salió del templo otro más, el ángel que tiene poder sobre el fuego, y le gritó con potente voz al que tenía la hoz afilada: “Empuña tu hoz afilada y corta los racimos de la viña de la tierra, porque sus uvas ya están maduras”. El ángel acercó su hoz a la tierra, cosechó la viña de la tierra y echó los racimos en el gran lagar de la cólera de Dios. (Apoc 14:14-19)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/112222.cfm
De la lectura de hoy sale la frase, “las uvas de la ira”, una frase que se usó con mucha eficacia en el himno de la Guerra Civil, El himno de batalla de la República, y en el título de la famosa novela de John Steinbeck, Las uvas de la ira. A veces olvidamos que Dios no es burlado, que habrá un juicio, no solo el juicio de la historia, sino un juicio divino, y tendremos que responder por lo que hemos hecho por “obra y omisión”. Santa Cecilia es la patrona de los músicos de la iglesia. Hoy es el 59 aniversario del asesinato del presidente John F. Kennedy.

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Yo, Juan, tuve otra visión: Vi al Cordero, en pie sobre el monte Sión y con él, ciento cuarenta y cuatro mil personas, que llevaban grabado en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre. Y oí un ruido que venía del cielo, parecido al estruendo del mar y al estampido de un trueno poderoso; el ruido que oía era como el de un gran coro acompañado de arpas. Cantaban un cántico nuevo ante el trono, ante los cuatro seres vivientes y los ancianos. (Apoc 14:1-3, 4b-5)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/112122.cfm
La música es esencial para la adoración. La Presentación de la Santísima Virgen María es parte de la leyenda cristiana primitiva. En muchos países de Latinoamérica existe la costumbre de la presentación de los niños a los 3 años de edad. La música de hoy es el Ave María de mi difunta amiga y arpista, Donna Germano.