Esto dice el Señor: "Velen por los derechos de los demás, practiquen la justicia, porque mi salvación está a punto de llegar y mi justicia a punto de manifestarse. No diga el extranjero que ha dado su adhesión al Señor: 'Sin duda que el Señor me excluirá de su pueblo'. A los extranjeros que se han adherido al Señor para servirlo, amarlo y darle culto, los conduciré a mi monte santo
y los llenaré de alegría en mi casa de oración. Mi casa será casa de oración para todos los pueblos". (Is 56:1-3a, 6-8)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/121622.cfm
Una casa de oración para todos los pueblos. . . ¡Qué visión para el Adviento! . . qué visión para la iglesia, donde todos pueden venir y estar alegres. Porque el Señor no excluye a nadie del pueblo de Dios. Tal vez el buen Papa San Juan XXIII tenía en mente este pasaje cuando dijo: "Nunca conocí a una persona con la que no pudiera orar".