Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
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Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos que venga nuestro Salvador, Jesucristo. (Fil 3:17-4:1)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/031322.cfm
Hay un viejo comercial que dice: “¡La membresía tiene sus privilegios!" La política anti-inmigrante siempre ha sido un problema en todos los países desde el principio de los tiempos, por lo que necesitamos este recordatorio amistoso de San Pablo. Nuestra ciudadanía no depende de fronteras nacionales, orígenes étnicos o poder político, nuestra ciudadanía es del cielo. ¡Tal vez necesitamos leer nuestras Biblias!
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Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian”. (Mt 5:43-48)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/031222.cfm
El Señor ciertamente conoce nuestras debilidades, pero aun así nos desafía a ser perfectos como nuestro Padre Celestial es perfecto. ¿Pero amar a nuestros enemigos? Rezamos por Ucrania.
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Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda. (Mt 5:20-26)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/031122.cfm
¡Qué importante es la reconciliación! Para poder ofrecer nuestro don al Señor, primero debemos reconciliarnos unos con otros. ¡Porque si no, nuestro regalo huele a cielo—y huele maluco! Rezamos por Ucrania, rezamos por la paz.
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La reina Ester suplicó al Señor diciendo: “Con tu poder, Señor, líbranos de nuestros enemigos. Convierte nuestro llanto en alegría y haz que nuestros sufrimientos nos obtengan la vida”. (Es 4:17n. p-r. aa-bb. gg-hh)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/031022.cfm
Según el Papa Francisco, la oración, junto con el ayuno, es una de las armas de Dios. La oración de la reina Ester es la oración angustiosa del pueblo ucraniano.
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Salmo Responsorial (Salmo 50)
R. A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas.
Lávame bien de todos mis delitos, y purifícame de mis pecados.
R. A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/030922.cfm
El salmo 50 es uno de los 7 salmos penitenciales: 6, 31 (32), 37 (38), 50 (51), 101 (102), 129 (130) y 142 (143). El Salmo 50 se reza todos los viernes en la oración de la mañana. Pedimos no sólo un corazón limpio, sino también un espíritu renovado y contrito.