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Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios, porque Dios le ha concedido sin medida su Espíritu. (Jn 3:31-36)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/042023.cfm
El Señor es generoso en el don del Espíritu, nos lo da sin medida. Necesitamos ese Espíritu para que, como los primeros discípulos, nosotros también podamos proclamar la Buena Nueva. Como el Espíritu habló a través de San Francisco de Asís: “Predica siempre, usa palabras cuando sea necesario”.