Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: “Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?” Jesús le respondió: “Díganle a la gente que se siente”. Todos, pues, se sentaron ahí; y tan sólo los hombres eran unos cinco mil. Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. (Jn 6:1-15)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/042123.cfm
La historia de la Alimentación de los 5000 es realmente la historia de “El niño con la bolsa de almuerzo”. Estoy seguro de que el niño debe haber tenido dudas antes de entregarle su bolsa de almuerzo a Jesús, pero el niño tenía fe. A veces, como Andrew, pensamos que lo que tenemos para ofrecer es demasiado pequeño ante tanta necesidad. Pero si le entregamos nuestra “bolsa de almuerzo” al Señor, mira lo que puede hacer con ella.