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Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Trataron entonces de capturarlo, pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora. (Jn 7:1-2, 10, 25-30)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/032423.cfm
“Todavía no había llegado su hora” . . . Las referencias a la “hora” ocurren a lo largo del Cuarto Evangelio, el que llamamos “según San Juan”. Por supuesto, la hora es la hora de la glorificación de Jesús en la Cruz. A medida que se acerca esa hora en nuestras celebraciones litúrgicas, estamos llamados a reflexionar sobre la Cruz que se ha transformado de un dispositivo de ejecución del primer siglo para convertirse en el Trono de Gloria del Hijo de Dios. San Óscar Romero (1917-1980) entregó su vida por el pueblo salvadoreño.