Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.
(Lc 1:39-56)
La Visitación es un intercambio íntimo entre mujeres importantes en las Escrituras que reflexionan sobre el misterioso y gozoso plan de salvación de Dios.