‘Conozco tus obras: no eres ni frío ni caliente. Ojalá fueras frío o caliente. Pero porque eres tibio y no eres ni frío ni caliente, estoy a punto de vomitarte de mi boca. Dices que eres rico, que has acumulado riquezas y que ya no tienes necesidad de nada, pero no sabes que eres un desdichado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
Mira que estoy aquí, tocando la puerta.
(Apoc 3:1-6,14-22)
A todos nos gusta la imagen del Señor tocando la puerta . . . y normalmente ignoramos los otros versículos: “estoy a punto de vomitarte de mi boca” y “eres un desdichado, miserable, pobre, ciego y desnudo”. Por supuesto, no nos vemos a nosotros como el Señor nos ve. Vivimos con muchas ilusiones y delirios de grandeza, y algunos están enamorados de ellos. Hoy es la fiesta de Santa Isabel de Hungría que no tenía miedo de verse a si misma en el espejo y pasar su vida ayudando a los pobres.