Hermanas y hermanos: Sean buenos y comprensivos, y perdónense unos a otros, como Dios los perdonó, por medio de Cristo.
Imiten, pues, a Dios como hijos queridos. Vivan amando como Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y víctima de fragancia agradable a Dios.
. . . Vivan, por lo tanto, como hijos de la luz.
(Efe 4:32-5:8)
¡Reciban la Luz de Cristo! Nos falta un poquito más de bondad, un poquito más de comprensión, y mucho más de perdón.