No es que exista otro Evangelio; lo que pasa es que hay algunos que los perturban a ustedes, tratando de cambiar el Evangelio de Cristo. Pero, sépanlo bien: si alguien, yo mismo o un ángel enviado del cielo, les predicara un Evangelio distinto del que les hemos predicado, que sea maldito. Se lo acabo de decir, pero se lo repito: si alguno les predica un Evangelio distinto del que ustedes han recibido, que sea maldito.
(Gál 1:7-8)
¿Quienes son estos perturbadores que estaban predicando otro evangelio? Supuestamente, eran espías enviadas por Santiago y la comunidad de Jerusalén para fracasar la misión de San Pablo a los gentiles (los no judíos). Desafortunadamente, las fuertes palabras de San Pablo, “que sea maldito” (anatema), han sido incorporadas en el vocabulario de la iglesia: “anathema sit”. “Anathema sit” fue muy común en los documentos de todos los concilios de la iglesia. Lo notable es que en los documentos del Segundo Concilio Vaticano (1962-1965) no aparece ningún “anathema sit”.
La foto de hoy es de los obispos del Segundo Concilio Vaticano en la Basílica de San Pedro, Roma.