Después me fui a las regiones de Siria y de Cilicia, de manera que las comunidades cristianas de Judea no me conocían personalmente. Lo único que habían oído decir de mí era: “El que antes nos perseguía, ahora va predicando la fe que en otro tiempo quería destruir”, y glorificaban a Dios por mi causa.
(Gál 1:22-24)
En aquel tiempo, entró Jesús en un poblado, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Ella tenía una hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra.
(Lc 10:38-39)
Lindas lecturas: San Pablo contando su historia de la revelación que recibió, y después la historia de la visita del Señor a la casa de las dos hermanas, Martha y María. Pues, cuando el Señor viene a nuestras vidas, todo cambia.