Y del mismo modo que fuimos semejantes al hombre terreno, seremos también semejantes al hombre celestial.
(1 Cor 15:49)
Que “seremos también semejantes al hombre celestial” no está enfatizado suficiente—y eso es entendible. Siempre tenemos que luchar contra nuestra naturaleza caída. Pero, la lucha no es de nosotros, sino es la gracia de Dios obrando en y por medio de nosotros. Seguimos luchando, pero como San Pablo nos dice: ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo! (1 Con 15:57) Y como Santa Teresa de Lisieux dice: ¡Todo es gracia!
La foto de hoy es de Santa Teresita.