Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

En aquellos días, el Señor me habló y me dijo: “Hijo de hombre, dile al príncipe de Tiro: ‘El Señor Dios dice esto: Tu corazón se ha ensoberbecido y has dicho:
Soy Dios, estoy sentado en el trono de Dios,
en medio de los mares;
pero eres hombre y no Dios. (Ezekiel 28:1-2)

Delante de la caída, va el orgullo” dice la Biblia (Prov 16:18) . . . y entonces el profeta Ezekiel le da una palabra fuerte al príncipe de Tiro. Muy buen recordatorio en este año político cuando la gente quiere decir de la aprobación divina para su candidato. Pues, ningún candidato es el candidato de Dios. El candidato de Dios es Jesucristo. Y Jesús dice:

“Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los cielos . . . . Muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros’’ (Mt 19:24,30).