Le dijo entonces el joven: “Todo eso lo he cumplido desde mi niñez, ¿qué más me falta?” Jesús le dijo: “Si quieres ser perfecto, ve a vender todo lo que tienes, dales el dinero a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme”. Al oír estas palabras, el joven se fue entristecido, porque era muy rico. (Mt 19:20-22)
Cuando sube el costo de ser discípulo, ¿que haremos? Nos vamos entristecidos, o ¿dejamos todas las cosas que nos refrenan y seguimos a Jesús?
La imagen hoy es una obra china de Jesús con el joven rico.