Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: “Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?” Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: “Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto”. Jesús le dijo: “¡María!” Ella se volvió y exclamó: “¡Rabbuní!”, que en hebreo significa ‘maestro’. (Jn 20:14-16)

Fue el amor que impulsó a María Magdalena para ir al sepulcro el primer día de la semana. Aunque ella pensaba que Jesús Resucitado era el jardinero, cuando le llamó por nombre, “María”, ella contestó con fe, “Maestro”. Después se fue para decir a los otros de la resurrección. Es por eso que la iglesia primitiva, la llamó “la Apóstola a los Apóstoles”. Todavía María Magdalena tiene mucho para contarnos.