Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Yo fui quien enseñó a andar a Efraín,
yo quien lo llevaba en brazos;
pero no comprendieron que yo cuidaba de ellos. Yo los atraía hacia mí con los lazos del cariño,
con las cadenas del amor. (Os 11:4)

¡Qué figura de Dios tan dulce! Este Dios que nos abraza con amor y nos cubre con besitos.