“Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera’’. (Mt 11:28-30)
Gracias a la familia colombiana que me adoptó, ya tengo muchos familiares. Una de mis sobrinas es Lina. Lina y su esposo, Giuseppe, son enfermeros. Viven y trabajan en Venecia, Italia. El norte de Italia fue uno de los primeros epicentros del coronavirus fuera de China. En febrero recibimos un vídeo mensaje de Lina. Acababa de terminar el turno en el trabajo en hospital y era exhausta. La sala donde trabaja había sido convertida en sala de Covid-19. Ella quería advertirnos sobre los peligros del virus. La pobrecita estaba llena del estrés y cansancio. Muchos trabajadores de salud en todo el mundo sufren igual. Tal vez, el evangelio de hoy es para ellos, porque están fatigados y agobiados.
La foto de hoy es del Gran Vitral Oriental de la Basílica de San Lorenzo, Asheville, Carolina del Norte.