Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Pero a ustedes, hermanos, ese día no los tomará por sorpresa, como un ladrón, porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son hijos de la luz y del día, no de la noche y las tinieblas. Por lo tanto, no vivamos dormidos, como los malos; antes bien, mantengámonos despiertos y vivamos sobriamente. (1 Tes 5:1-6, 9-11)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/090225.cfm
Mucha gente piensa que el mundo se está yendo al infierno sin pensarlo. Bueno, quizás así sea. El mundo ha sido un desastre constante durante al menos los últimos 10.000 años. Pero San Pablo tiene unas palabras muy alentadoras para todos nosotros: ¡Supérenlo! Como nos recuerda con dulzura el Apóstol: Ustedes son hijos e hijas de la luz e hijos e hijas del día. No se duerman, tenemos trabajo que hacer: anunciar la Buena Nueva del amor incondicional de Dios por nosotros en Cristo Jesús y amarnos unos a otros como Jesús nos enseñó.