Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para escucharlo. Por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: “Éste recibe a los pecadores y come con ellos”. (Lc 15:1-3, 11-32)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/033025-YearC.cfm
La parábola del hijo pródigo se entiende mejor en el contexto donde la sitúa el evangelista: comer y beber con pecadores. La acusación contra Jesús, de acoger a los pecadores y comer con ellos, es uno de los primeros recuerdos que tenemos de la Eucaristía. Quién es bienvenido a la mesa se ha convertido en una cuestión candente en algunos círculos eclesiásticos, pero Jesús respondió a esa pregunta hace mucho tiempo.