Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y el mar ya no existía. También vi que descendía del cielo, desde donde está Dios, la ciudad santa, la nueva Jerusalén, engalanada como una novia que va a desposarse con su prometido. (Apoc 20:1-4, 11-21:2)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/112924.cfm
¡Un cielo nuevo, una tierra nueva, una ciudad nueva, un nosotros nuevo! Llegamos a la conclusión de nuestra lectura del Libro del Apocalipsis con la visión de que todas las cosas renovadas en Cristo. Llegamos también a la conclusión del año litúrgico preparándonos para la Venida del Señor.
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Viernes, Semana XXXIV, Tiempo Ordinario
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